16 de junio de 2014, 19:50
Voltaire, todavía dando trajín de allá para acá en su Montevideo natal, llegó a Cartagena de puntillas. Lo trajo Florentino Manzano. Nadie le conocía. Sustituyó a Paco Parreño y logró clasificar a los blanquinegros después de una racha descomunal de éxitos que se coronaban con aquel 0-3 que muchos recuerdan aún en el Rico Pérez de Alicante ante el Hércules.
Se jugó el playoff de ascenso y el Cartagena no ascendió por culpa de aquel gol tan comentado de Pombo, el central del Getafe, en propia meta ante el Racing de Santander. Los cartageneristas esperaban, ya ascendidos, en el césped del viejo Arcángel cuando llegaba la noticia de aquel maldito autogol que nunca llegó a aclararse. El Racing ascendió a Segunda robándole a Voltaire la gloria que le pertenecía por lo que fue capaz de hacer.
El uruguayo siguió una temporada más en el Cartagena con el que se paseó en el grupo valenciano/catalán dónde acabaría campeón. Pero en el playoff nuevo batacazo, esta vez en Badajoz dónde se perdió en la final disputada en El Vivero por un clamoroso 5-1 que acabó con aquella etapa del uruguayo en el banquillo del Cartagonova. De todo aquello ya han pasado 22 años.
