Desde poco después de las cinco de la tarde ya había movimientos no solo por las inmediaciones de la explanada del estadio municipal Cartagonova, donde cientos de seguidores cartageneristas esperaban a sus futbolistas sino también por todos los bares y cafeterías de los alrededores, principalmente por la zona de la Alameda de San Antón, que recuperaba en parte el ambiente de las buenas ocasiones de pre-partidos. Menuda diferencia con el resto de la temporada. ¡Maldita pandemia que ha privado a esta y al resto de las aficiones de vivir tardes de auténtico festival de fútbol
Parecía como si nada hubiera pasado, como si el tiempo continuase como tal; el saludo de los colegas, las camisetas blanquinegras y las de la Provincia Marítima, el ‘hola, cuanto tiempo sin vernos’ y sobre todos los gritos de ‘Efesé, Efesé’ todos con un mismo objetivo, lograr los tres puntos para completar una racha mágica de lograr de una sola tacada nueve puntos de nueve.
En total han sido 443 días sin pisar el estadio. 14 meses que se han hecho interminables. Para muchos, insufribles. Aún así, no faltaban los descontentos, que se quejaban de como había hecho el club el reparto de entradas y mostraban su esperanza de que, en el próximo y último partido ante el Girona, sean ellos, los que tuvieron que quedarse en la puerta o verlo a través de televisor.