26 de agosto de 2012, 4:06
El único incidente, si puede llamarse así, en el amistoso entre los equipos juveniles del EF Ciudad Jardín y Los Alcázares fue la expulsión del entrenador marmenorense Manolo Palomeque. La cuestión no tendría mayor relevancia, aunque el árbitro se equivocó. Lo peor fue su inflexibilidad y su intolerancia.
Samuel de Haro pasa por ser uno de los árbitros con más futuro en Cartagena. Es joven y pita bien. Pero este sábado cometió varias pifias, todas ellas encerradas den una misma, la expulsión del entrenador algareño Manolo Palomeque.
Todo ocurrió en la recta final del primer tiempo. Hubo una acción punible y Palomeque exclamó "¡¡falta¡¡" pero alguien en el banquillo dijo casi a la vez "árbitro, pero que tonto eres..." con lo que Samuel de Haro, el colegiado, se dirigió al banquillo para expulsar a Palomeque. Y al negarse este inicialmente a abandonarlo al decir que él sólo había dicho "falta" (cierto) fue cuando De Haro volvió a equivocarse al amenazar con suspender el partido, con gestos autoritarios si Palomeque no se marchaba.
Los jugadores de ambos equipos le recordaban que sólo era un partido de entrenamiento y que habían ido a divertirse a lo que él respondía que "yo he venido a trabajar" mientras el preparador alcazareño abandonaba el césped. Absurdo. Cada cual es muy libre de pensar lo que quiera pero esto fue lo que ocurrió.
Francamente, creemos que ´ese no debe de ser el papel de un colegiado joven y con futuro como parece tener De Haro, que por lo demás estuvo correcto. Asumiendo su primer error, el de la expulsión, y que cualquiera puede equivocarse, su actitud posterior lo dejó en evidencia ante los propios jugadores, que no daban crédito a sus amenazas de suspender el choque. Más mano izquierda, más oído y un poco más de humildad no le vendría nada mal sobre el césped a este joven colegiado. Lo decimos porque lo vimos y escuchamos todo lo que ocurrió. Y al César lo que es del César, que tampoco era para tanto.
Samuel de Haro pasa por ser uno de los árbitros con más futuro en Cartagena. Es joven y pita bien. Pero este sábado cometió varias pifias, todas ellas encerradas den una misma, la expulsión del entrenador algareño Manolo Palomeque.
Todo ocurrió en la recta final del primer tiempo. Hubo una acción punible y Palomeque exclamó "¡¡falta¡¡" pero alguien en el banquillo dijo casi a la vez "árbitro, pero que tonto eres..." con lo que Samuel de Haro, el colegiado, se dirigió al banquillo para expulsar a Palomeque. Y al negarse este inicialmente a abandonarlo al decir que él sólo había dicho "falta" (cierto) fue cuando De Haro volvió a equivocarse al amenazar con suspender el partido, con gestos autoritarios si Palomeque no se marchaba.
Los jugadores de ambos equipos le recordaban que sólo era un partido de entrenamiento y que habían ido a divertirse a lo que él respondía que "yo he venido a trabajar" mientras el preparador alcazareño abandonaba el césped. Absurdo. Cada cual es muy libre de pensar lo que quiera pero esto fue lo que ocurrió.
Francamente, creemos que ´ese no debe de ser el papel de un colegiado joven y con futuro como parece tener De Haro, que por lo demás estuvo correcto. Asumiendo su primer error, el de la expulsión, y que cualquiera puede equivocarse, su actitud posterior lo dejó en evidencia ante los propios jugadores, que no daban crédito a sus amenazas de suspender el choque. Más mano izquierda, más oído y un poco más de humildad no le vendría nada mal sobre el césped a este joven colegiado. Lo decimos porque lo vimos y escuchamos todo lo que ocurrió. Y al César lo que es del César, que tampoco era para tanto.
