11 de abril de 2011, 2:00
.Fue una de esas jugadas de las consideradas ‘tontas’ y sin más peligro que cualquier otra. Apenas faltaban un par de minutos para llegar al descanso cuando Jesús Carrión sufrió el agarrón de un jugador del Beniaján en una jugada de las consideradas normal. Pero esta vez la suerte fue esquiva.
Jesús cayó al césped con tan mala fortuna que su mano derecha quedó atrapado entre su cuerpo y el césped. El resultado pronto se vio, el primero de ellos el árbitro del partido que, rápidamente, solicitó ayuda. El gesto del portero del Cartagena, Alejo, hacía temer que algo grave estaba ocurriendo.
Los primeros instantes eran confusas, parecía que se había tragado la lengua, la intranquilidad pronto invadió a las poco más de 50 personas presentes en esos momentos en el partido. El calor sofocante sólo hacía complicar más aún la situación mientras Jesús seguía sin poder moverse en unos interminables minutos.
Enseguida se supo que había sido el antebrazo derecho el lastimado, pero la lesión venía con complicaciones al estar partido tanto el cúbito como el radio en una escalofriante imagen. La rápida intervención de Pedro, el ‘segundo’ del equipo albinegro, calmó mucho tanto al jugador como al padre del chaval, que debió pasar por algunos de los minutos más angustiosos de su vida. Una ambulancia del 062 apareció a los pocos minutos, entró a la altura de una de las porterías y fue cuando pudieron levantar a Jesús, quien comportándose como un auténtico valiente, abandonó el césped por su propio pie.
Tras trasladarlo al hospital del Rosell, por urgencias, se le practicaron radiografías que confirmaban la grave lesión de la que tendrán que operarle entre este lunes y el martes. Fue una jugada de auténtica mala suerte que erizó el vello a más de uno. Para Jesús ha terminado la temporada. Le deseamos una pronta recuperación, todo nuestro apoyo para su familia y nuestra alegría de que todo quede en uno de los peores sustos de su vida
Jesús cayó al césped con tan mala fortuna que su mano derecha quedó atrapado entre su cuerpo y el césped. El resultado pronto se vio, el primero de ellos el árbitro del partido que, rápidamente, solicitó ayuda. El gesto del portero del Cartagena, Alejo, hacía temer que algo grave estaba ocurriendo.
Los primeros instantes eran confusas, parecía que se había tragado la lengua, la intranquilidad pronto invadió a las poco más de 50 personas presentes en esos momentos en el partido. El calor sofocante sólo hacía complicar más aún la situación mientras Jesús seguía sin poder moverse en unos interminables minutos.
Enseguida se supo que había sido el antebrazo derecho el lastimado, pero la lesión venía con complicaciones al estar partido tanto el cúbito como el radio en una escalofriante imagen. La rápida intervención de Pedro, el ‘segundo’ del equipo albinegro, calmó mucho tanto al jugador como al padre del chaval, que debió pasar por algunos de los minutos más angustiosos de su vida. Una ambulancia del 062 apareció a los pocos minutos, entró a la altura de una de las porterías y fue cuando pudieron levantar a Jesús, quien comportándose como un auténtico valiente, abandonó el césped por su propio pie.
Tras trasladarlo al hospital del Rosell, por urgencias, se le practicaron radiografías que confirmaban la grave lesión de la que tendrán que operarle entre este lunes y el martes. Fue una jugada de auténtica mala suerte que erizó el vello a más de uno. Para Jesús ha terminado la temporada. Le deseamos una pronta recuperación, todo nuestro apoyo para su familia y nuestra alegría de que todo quede en uno de los peores sustos de su vida
