El acto, que fue presentado por José Antonio González Paredes, periodista de SportCartagena, y que estuvo dirigido y coordinado por José Rico, presidente del Dolorense, y por Joaki González, ‘el de la cantina’, contó con la presencia de un numeroso colectivo arbitral, capitaneado por Adolfo Martínez Martínez y acompañado por Miguel A. Martínez del Olmo, Antonio Alarcón Anaya y Pedro A. Pérez Luján.
Tras la realización de la fotografía oficinal, en la que formaron parte la gran mayoría de jugadores que participaron en el homenaje, se llevaron a cabo varios actos en los que destacó el descubrimiento de un mural bajo el lema ‘Por siempre 10, Teru’, en recuerdo al dorsal que siempre lució el magnífico jugador cartagenero.
Sandra Rodriguez (esposa), Ángel Teruel (hermano), Paco Soler, Ángel Teruel (padre) y Mariló Esparza (madre)| Foto SCT
Para dar fin al acto protocolario, y antes del inicio del encuentro, Ángel Teruel, padre de ‘Teru’, y Damián Guerao, presidente de la Asociación ELA en la Región de Murcia, dirigieron unas palabras a los presentes, para más tarde producirse una de las sorpresas de la mañana: el compromiso por parte del presidente del Dolorense, Pepe Rico, de perpetuar un partido homenaje a Teru durante cada año, circunstancia que provocó el aplauso unánime de todos los presentes.
El homenaje a Teru se va a celebrar cada año en recuerdo del malogrado jugador. La mañana vivida en el campo del Dolorense fue delas que difícilmente se pueden olvidar
Y ya, como punto final, fue Sandra, la esposa de Teru, la que llevó a cabo el saque de honor de un partido que finalmente acabó en empate y en el que el momento más inesperado se produjo con el lanzamiento de un penalti que transformó el propio padre de Teru. Pese a estar de espectador, Ángel Teruel, ante la petición unánime del público y de los propios jugadores, ‘invadió’ el terreno de juego para lanzar la pena máxima.
Foto de familia de todos los amigos, compañeros y familiares que comvirtieron la mañana en una jornada imborrable llena de risas y buenos recuerdos. Lo que Teru quería.| Foto SCT
Necesitó un pase en corto para plantarse ante Urrea, uno de los jugadores más históricos y queridos del Dolorense y al que cedió sus guantes de portero el ex cancerbero del FC Cartagena, Rafa Rubio. Y sorprendentemente, pese a su toque suave y ligeramente desviado, Ángel Teruel, lo hizo. Marcó. Empató el partido y todo acabó en fiesta.
Todos y cada uno de los jugadores que se dieron cita en el homenaje a su hijo, se fundieron en un abrazo con él, dando así por finalizado uno de los homenajes más merecidos de cuantos se han llevado a cabo en el histórico Club Deportivo Dolorense.