14 de agosto de 2010, 2:00
Javi confiesa hallarse bien físicamente. “Lo mío ha sido injusto y se confirma que los jugadores somos como una mercancía. Pero hay que afrointarlo”.
El jugador asume que “ahora mismo estoy jodidillio”. Triste, añade, pero debe levantar el ánimo. Seguirá en Cartagena, donde su esposa tiene trabajo. Él no descarta jugar un año más, pero ya no en La Bombonera que le dio cariño y calor.
DATOS DE UN DEPORTISTA EJEMPLAR
Nombre y apellidos: Javier Matía Martín.
Naturaleza y fecha de nacimiento: Santander, el 17-12-1973.
Estado civil: Casado, dos hijas, ambas cartageneras.
Historial deportivo: En fútbol-11 jugó en el Racing Santander siendo niño, hasta la categoría cadete. Inmediatamente se inscribió en una liga local de fútbol sala. Participó con la selección de Cantabria en un campeonato de España, en San Javier y San Pedro del Pinatar, lo que le catapultó al Playas de Castellón, de División de Honor, en el que estuvo seis años. Completa su historial con ocho años en el Cartagena FS con un paréntesis -la campaña anterior- de cuatro meses en el Playas, del que retornó al equipo cartagenero. Hubo una etapa de retiro, pero volvió al ruedo, valga el símil taurino. De joven también practicó el balonmano. No ha conseguido ser internacional.
En el umbral de la temporada 2010-2011, deja de ser jugador del Reale Cartagena al no contar con él el entrenador Luis Fonseca. El club ofrecerá la oportunidad a Javi de despedirse de la afición cartagenera.
PASION Y CARIÑO RECIPROCOS
Javi Matía ha sido acaparador de ovaciones por parte de la fiel afición de Cartagena, últimamente disminuida en número. Es cierto que había una pasión y un cariño recíprocos. El santanderino, un goleador y un todo terreno (hasta actuaba de portero jugador cuando toca hacer de bombero) superaría en el cálculo de los afectos a otros deportistas con más caché y cotización.
Javi, el motorizado eterno capitán, abandonó a los 19 años de edad su tierra montañesa para instalarse en el Playas de Castellón, una vez que lo vieron jugar Paco García y Manolo Pesudo. Después recaló como un regalo de cielo en territorio cartagenero para levantar el fútbol sala. En La Vaguada, instaló su hogar
SUS FRUSTRACIONES
Sus posibles frustraciones -nunca ganó una final, y disputó dos con el Playas y una con el Polaris Cartagena, y jamás fue internacional- las superó con su carácter distendido y abierto, de encajador nato, que lo da todo en la cancha. Enamorado de los tatuajes, lleva fijados en sus brazos los nombres de sus hijas, Claudia y Olimpia, y en sus piernas, las fechas de los nacimientos de ambas.
Habrá que recordar que Javi Matía se inició en el Racing, en fútbol 11, pero luego no siguió. ¿Por qué? “Había que tener suerte. Yo estuve cinco años, hasta cadete, pero enseguida me pasé al fútbol sala y entré en la selección de Cantabria. Jugando con el equipo de mi región estuve en un campeonato de España, en San Pedro del Pinatar, y me enfrenté a la madrileña, en la que estaban David Marín y Juanjo, y Manolín, en la Valenciana. Después fuimos compañeros en Cartagena. Al regresar de aquel campeonato me llamaron por teléfono para firmar en Castellón. Mis padres lo vieron bien y se hizo el fichaje”.
En Cartagena, Javi Matía ha sido diez años capitán del equipo. Hoy, a mitad de agosto, está en expectativa de destino. Declina hablar de Luis Fonseca, el actual entrenador del equipo al que acaba de dejar.
El jugador asume que “ahora mismo estoy jodidillio”. Triste, añade, pero debe levantar el ánimo. Seguirá en Cartagena, donde su esposa tiene trabajo. Él no descarta jugar un año más, pero ya no en La Bombonera que le dio cariño y calor.
DATOS DE UN DEPORTISTA EJEMPLAR
Nombre y apellidos: Javier Matía Martín.
Naturaleza y fecha de nacimiento: Santander, el 17-12-1973.
Estado civil: Casado, dos hijas, ambas cartageneras.
Historial deportivo: En fútbol-11 jugó en el Racing Santander siendo niño, hasta la categoría cadete. Inmediatamente se inscribió en una liga local de fútbol sala. Participó con la selección de Cantabria en un campeonato de España, en San Javier y San Pedro del Pinatar, lo que le catapultó al Playas de Castellón, de División de Honor, en el que estuvo seis años. Completa su historial con ocho años en el Cartagena FS con un paréntesis -la campaña anterior- de cuatro meses en el Playas, del que retornó al equipo cartagenero. Hubo una etapa de retiro, pero volvió al ruedo, valga el símil taurino. De joven también practicó el balonmano. No ha conseguido ser internacional.
En el umbral de la temporada 2010-2011, deja de ser jugador del Reale Cartagena al no contar con él el entrenador Luis Fonseca. El club ofrecerá la oportunidad a Javi de despedirse de la afición cartagenera.
PASION Y CARIÑO RECIPROCOS
Javi Matía ha sido acaparador de ovaciones por parte de la fiel afición de Cartagena, últimamente disminuida en número. Es cierto que había una pasión y un cariño recíprocos. El santanderino, un goleador y un todo terreno (hasta actuaba de portero jugador cuando toca hacer de bombero) superaría en el cálculo de los afectos a otros deportistas con más caché y cotización.
Javi, el motorizado eterno capitán, abandonó a los 19 años de edad su tierra montañesa para instalarse en el Playas de Castellón, una vez que lo vieron jugar Paco García y Manolo Pesudo. Después recaló como un regalo de cielo en territorio cartagenero para levantar el fútbol sala. En La Vaguada, instaló su hogar
SUS FRUSTRACIONES
Sus posibles frustraciones -nunca ganó una final, y disputó dos con el Playas y una con el Polaris Cartagena, y jamás fue internacional- las superó con su carácter distendido y abierto, de encajador nato, que lo da todo en la cancha. Enamorado de los tatuajes, lleva fijados en sus brazos los nombres de sus hijas, Claudia y Olimpia, y en sus piernas, las fechas de los nacimientos de ambas.
Habrá que recordar que Javi Matía se inició en el Racing, en fútbol 11, pero luego no siguió. ¿Por qué? “Había que tener suerte. Yo estuve cinco años, hasta cadete, pero enseguida me pasé al fútbol sala y entré en la selección de Cantabria. Jugando con el equipo de mi región estuve en un campeonato de España, en San Pedro del Pinatar, y me enfrenté a la madrileña, en la que estaban David Marín y Juanjo, y Manolín, en la Valenciana. Después fuimos compañeros en Cartagena. Al regresar de aquel campeonato me llamaron por teléfono para firmar en Castellón. Mis padres lo vieron bien y se hizo el fichaje”.
En Cartagena, Javi Matía ha sido diez años capitán del equipo. Hoy, a mitad de agosto, está en expectativa de destino. Declina hablar de Luis Fonseca, el actual entrenador del equipo al que acaba de dejar.
