jueves. 25.04.2024
A Kike Boned, con su habitual 13 en la espalda, los colegiados Ponce Medero y Redondo Arenales le consintieron todo lo que quisieron y más. Él solito, en la mayoría de las ocasiones, se las bastó para frenar algunos de los contragolpes más peligrosos del conjunto cartagenero, en especial uno de Jaison cuando quedaban poco mñas de tres minutos y el marcador estaba aún en el esperanzador 3-3, que el árbitro más cercano, el madrileño Ponce Medero, se 'tragó' literalmente porque verlo, lo vio como lo vimos todos desde cualquier punto del Pabellón.

Tampoco quisieron pitarle al capitán de ElPozo otra patada tremenda que soltó a otro jugador del Reale, ya con el 3-4, que tuvo que haber sido tarjeta como mínimo.

Demasiada condescendencia y demasiada permisividad en acciones puntuales que termionaron jugando a favor de un equipo como el murciano que, encima, fue más listo y mantuvo la lucha hastael último segundo del partido.

Kike Boned hizo lo que le vino en gana
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