viernes. 29.03.2024

Cuando empecé con este trabajo hace ya algún tiempo, el tema que trataba era el de tres buenos futbolistas de Alumbres de los años 20 y 30 del siglo pasado, y a pesar de la inmensa satisfacción que me produjo me quedaron muchas dudas que resolver, por lo que he tenido que volver a hurgar en los archivos y otras fuentes para poder encontrar la explicación al hecho de que ninguna de las personas mayores a las que había preguntado supiera decirme a qué familia pertenecían los hermanos García Heredia.

La razón puede parecer muy simple y no lo es, pues por un lado ya sabemos que en los pueblos, hubo un tiempo en que la gente se conocía más por el apodo que por el nombre de pila, y mucho menos por los apellidos, y por otro el olvido de las víctimas del franquismo que se ha venido perpetrando desde todas las instituciones democráticas y que ha calado profundamente en la sociedad. 
 
Si a los vecinos y amigos mayores les hubiera preguntado por Pencho el Herrero, en lugar de por Fulgencio García Heredia, quizás habría encontrado alguien que me hubiera contado algo procurando no elevar mucho la voz, unas cosas ciertas y otras menos.

 Los hermanos García Heredia, Fulgencio, Pedro y Antonio, fueron buenos futbolistas, no cabe duda, y su categoría está contrastada no solo por el hecho de haber sido fichados por el club más importante de la comarca, el Cartagena F.C. (Efesé de siempre), aunque hubieran participado poco en él, sino porque su presencia en las alineaciones de los equipos del pueblo a lo largo de los años 20 y parte de los 30 así lo atestiguan.

Además, Fulgencio siguió ligado al fútbol de la ciudad después de su paso por el Cartagena F.C., pues la temporada 26/27 estuvo en el Club Deportivo Lisvert y en 1930 se le ve con el Gimnástico F.C., también de la ciudad portuaria.

 Los años de la dictadura de Primo de Rivera fueron tiempos difíciles y la gente humilde se asociaba para defenderse de la insaciable avaricia de los poderosos, y también para disponer de lugares de ocio acordes con sus posibilidades, por eso en el pueblo se había fundado la Sociedad de Fomento y Cultura Minerva el 7 de abril de 1924, y  pronto diversificaría su actividad, pues ya en el verano de ese año fundó una banda de música y el equipo de fútbol Minerva F.C. Por esas fechas en el local de la Sociedad se organizaban bailes que amenizaba una banda de música. 

 Los hermanos Fulgencio y Pedro no sólo fueron buenos futbolistas, también formaron parte de la banda de música de la Sociedad. Fulgencio tocaba el saxo y el bombardino.

 Era una Sociedad obrera con un cierto carácter paternalista en la que cabían todos, y así lo confirma el hecho de que el capitán del equipo de fútbol Minerva F.C. en 1925 fuera el cacique Andrés Martínez Cao.

 El tiempo pasó inexorable y llegaron tiempos peores en los que la República fue violentada por la rebelión de una parte del ejército, y entonces muchos ciudadanos se vieron en la imperiosa necesidad de elegir entre el exilio o quedarse aquí con los riesgos que llevara implícito.
 Los hermanos Pedro y Antonio García Heredia, decidieron quedarse en el país “porque no habían hecho nada malo”, mientras que Fulgencio decidió coger el tortuoso camino del exilio.
 Cada uno de ellos tuvo una suerte distinta:
 
Poco después de instaurarse la dictadura de Franco, Pedro, fue detenido y fusilado el día 10 de noviembre de 1939 en el cementerio de Nuestra Señora del Remedio de Cartagena, junto a otros republicanos que completaron la fosa. Desde 1958 sus restos descansan en el cementerio de Alumbres junto a los de su padre. 

 Antonio, tampoco se quiso ir del país y como era marino de la Base Naval de Cartagena fue encarcelado por mucho tiempo y expulsado de la marina, y cuando salió rehízo su vida como pudo junto a su familia y murió en Cartagena en 1982. 

 Fulgencio se exilió, primero a Túnez y más tarde a Francia, donde finalmente se estableció y cuando pudo recuperó a su familia. Fue enterrado en Alumbres en 1978.

 Los alumbreños debemos de sentirnos orgullosos por haber tenido a estos deportistas, músicos y ciudadanos entre nosotros, aunque quizás se les debería de haber tributado un pequeño reconocimiento, pero no espero nada de los políticos de Alumbres que prefieren dedicarse a sus negocios y a sus suculentos y fáciles sueldos, porque hace años ya les pedí que instaran el cambio de la denominación de varias calles que llevan el nombre de personas que no se lo merecen en un sistema democrático y allí siguen, sin que nadie haya movido un dedo para evitarlo.
 
 Sé que nunca habrá consuelo para los familiares que aún quedan y sufrieron en sus propias carnes los efectos de la represión, o que perdieron a sus seres queridos de forma tan trágica y tan poco reconocida por la sociedad democrática actual que se beneficia de su sacrificio, pero yo me he creado una obligación moral con la realización de este pequeño homenaje, recuperando su memoria del silencio de la dictadura, de los cementerios y de la desidia de los políticos actuales.

Francisco Atanasio Hernández es alumbreño e historiado

Los hermanos García Heredia, de Alumbres, tuvieron distinta suerte
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