Refiere Alcobas que se ha levantado a las 4 horas del sábado con el fin de “aprovechar la fresca”, como se dice en el argot popular, y el GPS del teléfono le indica para la vereda de un río y hay que ver cuántas cosas bonitas ofrece la naturaleza. Alcobas consigue imágenes para su archivo, algunas de las cuales vemos en estos reportajes diarios que les ofrece este periódico digital.
El último sábado de junio, cuando el sol está en lo más alto a Juan Miguel solo le quedan 25 kilómetros pedaleando para llegar a San Quintín y observa un sitio de césped a la orilla del río y decide acampar. Por la tarde estuvo en la ciudad famosa por la batalla en un solo día de agosto de 1557 que ganaron nuestros antepasados.
Más de dos mil kilómetros le quedan a Alcobas para conseguir sus objetivos en el presente Camino. Le tiene mucho respeto al tramo español, por dificultoso, pero saldrá adelante por su férrea voluntad, y hoy por hoy no se atreve a dar fechas, ni por aproximación, del final de la aventura este verano de 2019 en el que el calor domina más que nunca en todas partes. Es lo que toca.
Monumento in memoriam.