jueves. 28.03.2024
JOSÉ LOPEZ EN EL DEPORTE CARTAGENERO

Un alcalde solo para dos años en Cartagena

Hemos tenido en los dos últimos veinticuatro meses en Cartagena un alcalde protagonista,  implicado en la temática de los deportes de la ciudad como pocos:  José López Martínez. En este caso implicación significa estar en todas las salsas. Las picantes salsas rojas mexicanas y las insípidas exentas de sal por decreto médico.

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El ya ex alcalde Jose López en uno de sus múltiples actos deportivos

Una mañana se presentaba en mangas de camisa el señor alcalde  en el Juego de Bolos Cartageneros  anexo al Pabellón Central de Deportes,  a presenciar la final de la Copa Presidente y echarse unas parrafadas con  el amigo bolero Diego Segovia.

Otro día, poco después de recibir él el bastón de la Alcaldía con la sonrisa cómplice de quien hoy es su relevo (Ana Belén Castejón),  se trasladaba con la prensa para, tirando de la cortina y con una linterna (auténtico),  para que se viese en la oscuridad  el non nato Palacio de los Deportes y su alucinante estado de revista con un largo listado de desperfectos de alucine. Desastre oculto y blindado para la prensa meses y meses como si estuviésemos disfrutando de un régimen abierto made in Corea del Norte.

En lo del Palacio de los Deportes (‘Palacio de los Horrores’,  bautizado así por el ilustrísimo), tiró dignamente de la manta y solo el tiempo sabrá (cinco, ocho, diez años después, a lo peor veinte)  si se han depurado las responsabilidades por supuestas neglicencias en el extenso martirologio de una espera insufrible. En el FC Cartagena (Paco Belmonte, conseguidor de máximos apoyos en todos los tiempos y en todos los ámbitos en Cartagena)  difícilmente podrán tener queja del comportamiento de  José López Martínez,  de otra parte el azote de Barreiro en la legislatura municipal anterior. Tampoco puede darle nota baja  el fútbol sala local al peculiar  alcalde del Movimiento Ciudadano, tan denostado universalmente por sus ‘prontos’  verbales no controlados que se hicieron famosos, por la repercusión en medios de comunicación del país,  cuando al compañero de corporación del ciudadano Manuel Padín lo puso coloquialmente entre las cuerdas en una sesión plenaria.

“Pepe Cavite” no ha dejado indiferente a nadie en estos dos años de alcalde, plazo fijo marcado por el apresurado  'Pacto de la Servilleta', aquí te pillo aquí  te mato. Me circunscribo al deporte donde José López, un hombre independiente a primera vista y creo que también a segunda vista,  que defiende a Cartagena a su manera, con polémica, ha dejado las pinceladas más amables de su quehacer, si me olvido de un ‘rifirrafe’ con un directivo del fútbol sala del Hércules de Alicante, una noche de partido caliente en el palco de La Bombonera, para ‘bajarle los humos’ al dirigente herculano.  Temperamento.

López también fue drástico, espontáneo en su estilo, tosco y hasta inoportuno cuando la tarde del 17 de mayo de 2016 en la Terraza de El Batel, en el acto de la Gala de fin de temporada de la Federación de Peñas del FC Cartagena, a la que fue invitado, en su discurso mitin abrió la caja de los truenos gordos para meterse con el PP (natural), con la política de actuación del Gobierno regional (también natural y con razón en algunos casos, digo yo de mi propia cosecha) y hasta con la de un periódico regional y uno de sus periodistas, cartagenero, presente en el acto, al que con un micro en mano piropeó de forma improcedente  equiparándolo a un “mono con bolígrafo”.

Una mala tarde con un micro en mano equiparó a un periodista con un “mono con bolígrafo”.

Pepe López, en la cara oculta de su simpatía asociada a una media sonrisa sospechosamente picarona, se ha puesto la camiseta del eterno capitán Javi Matía en un homenaje del fútbol sala,  ha apuntado en petit comité que el cántabro se merecía una estatua en la ciudad (podría ser una leyenda urbana, no lo sé).  Tendría que preguntárselo a este exalcalde empresario cafetero que ante respondía en tuiter a muchos mensajes y ahora intuye prefiere no meterse demasiado en el circo de las redes sociales. Yo también he dimitido en ese servicio donde los anónimos  dominan en el trapecio sin red.

Y en un pasaje anecdótico de López en el deporte no  oculto que el año pasado acudió a un apasionante derbi en la Nueva Condomina custodiado por Fuerzas de los antidisturbios (no pasó nada, tranquilos, salvo abucheos de aficionados rojos. Quiero decir, rodeado de seguidores con la camiseta colorada). 

Mientras su antecesora en el cargo no solía inundar su agenda de presencias en acontecimientos  deportivos (excepto  las recepciones oficiales en el Ayuntamiento, y la muy importante colocación de la primera piedra en 2006 de la primera piedra del Palacio de los Deportes con el señor Valcárcel, y el viaje a Alcoy para celebrar el ascenso del Cartagena en 2009), ahí López ha ganado por goleada. Ha sido un alcalde cercano, naturalmente criticado, y en la solapa la insignia de la bandera de la provincia marítima de Cartagena, La prensa maldita le llama "el alcalde más chulo de España".

Con Ana Balén Castejón será otra cosa.Ni peor ni mejor. Diferente. Buena es la alternancia. / GUILLERMO JIMÉNEZ

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