“SúperJordi”, el portero que escribió su nombre con letras de oro en el fútbol sala nacional y regional, a los 51 años de edad, se nos ha ido para siempre.
Para sus mas allegados era Jorge Hernández Martínez, ese hombre que pese a ser de los mejores porteros que ha dado la historia del fútbol sala español te lo encontrabas cada mañana en un quiosco del Barrio del Carmen de Murcia (justo enfrente de la puerta del Mercadona) junto a su hermano vendiendo periódicos y revistas mientras recibía los elogios de los seguidores que horas antes le habían visto jugar en el pabellón Príncipe de Asturias con la camiseta de ElPozo; o en el Fausto Vicent con el Papeles Beltrán de Alcantarilla; o cuando salió a hombros del Pabellón Wssell de Guimbarda de Cartagena en aquel histórico ascenso del Mínguez&Sáez a Primera cuando corría el año 1998.
Él era siempre igual pese a todos sus éxitos. “Pues claro que estoy contento, y mucho, pero hay que venir a currar todos los días y alguna vez se acabará el fútbol sala y yo seguiré estando en el mismo sitio de siempre, aquí en el quiosco. A mí no me cambia nada”.
Directo, coherente, a veces arisco pero sobre todo, buena persona. Así era Jordi, quien además de jugar en los mejores equipos de la Región de Murcia también defendió los colores de clubes muy importantes de su época como Caja Segovia y Maspalomas, además de otros de nuestra Comunidad como el Plásticos Romero de Molina de Segura o el Librilla FS.
Jordi nunca dejó el fútbol sala tras su retirada en activo, pues formó parte del cuerpo técnico de la Federación de Fútbol de la Región de Murcia hasta ahora, además de participar en el equipo de División de Honor Juvenil de la Escuela de Fútbol Sala Paulo Roberto.
