jueves. 28.03.2024

Dos aciertos y un error

RICARDO DÍAZ-MANRESA La temporada del FC se sustenta, como sabe todo el mundo, en dos aciertos y un error (que puede, a la vez, ser doble).   El primer acierto es convertir al desastroso administrativamente FC del año anterior en un club con sentido común y cabeza. Relaciones con el poder político y...

RICARDO DÍAZ-MANRESA

La temporada del FC se sustenta, como sabe todo el mundo, en dos aciertos y un error (que puede, a la vez, ser doble).
 
El primer acierto es convertir al desastroso administrativamente FC del año anterior en un club con sentido común y cabeza. Relaciones con el poder político y empresarial. Relaciones públicas buenas. Tener a favor a los medios informativos. Acercarse al pueblo. Tratar bien a los socios y a los clientes potenciales en general. Llevar una economía acertada. Dar los pasos necesarios y acertados para la concursal en la que estamos metidos. Y muchos etcéteras.
 
El segundo acierto es la tranquilidad y la esperanza de la afición en un equipo y entrenador que, a la vista de los resultados y su clasificación, no se la merecen. Lo nunca visto en Cartagena.
 
Se rompió el día del Cádiz y se hizo añicos con el nuevo ridículo ante la Balona, que el FC, equipo siempre misericordioso (no se quejará el popular Francisco en su Año de la Misericordia) perdió ante un equipo que casi nunca ganaba y que estaba en el hoyo. El FC siempre echa una mano a los que lo necesitan. De la tierra de la Caridad, equipo de la caridad.
 
Los errores son dobles o simultáneos. Veamos. O se ha equivocado Belmonte fichando o los jugadores  le están fallando. O el entrenador no está dando la talla ofuscada la afición por  el recuerdo del jugador que comandaba el equipo que  iba para Primera.
 
Supongamos que la plantilla sea regular. El buen entrenador la exprime y le saca el máximo partido. O que no rinda lo que puede. También  es culpa del que los dirige.
 
Este equipo debería funcionar porque, además de ser el de la caridad, es que tiene a Cristo y a Moisés (menudo cartel bíblico), pero  ni cobrando ganan (igual que el año pasado) ni bien entrenados dan la talla (con los idénticos resultados finales del 2014-15  mirando al abismo). Se ve que tratar bien a los jugadores y pagarles puntualmente sirve para poco.
 
Puede ser, puede ser, que sea el equipo de la colitis. No por los sustos sino porque se asustan cuando les van bien las cosas. Sin ir más lejos, en el partido del domingo. Empatan faltando pocos minutos y les entra la colitis. Echan en otro partido a un jugador contrario y en lugar de venirse arriba, lo hacen abajo con otro golpe de colitis. Van ganando el partido y la colitis no les deja terminar victoriosos. Tendrán que darles astringentes antes de comenzar y sobre todo cuando les viene todo a favor. Qué rarito es este equipo.
 
Lo que pasa es que un año más están machacando a la afición,  a la que dejan sin ilusiones para enero, febrero, marzo, abril y mayo. Mucho tiempo y mucha tela que cortar. Y esta afición, y menos este año, no se merece esto.
 
Y el equipo además está haciendo polvo la economía del club. Ya veremos las entradas que hay ante este panorama de tristeza y de adiós a los puestos de arriba.
 
Me río cuando dicen y repiten todos como papagayos "están a muerte”, frase estúpida que repitió Jesús Gil y que todos tontamente corean. Pues podían estar menos, correr más y ganar de vez en cuando. Tanto a muerte se ha visto, sí, en los últimos partidos que han dejado a Víctor a los pies de los caballos. En la agonía.
 
Será estar a vida porque se iban a llevar por delante a Víctor a la muerte profesional. Esperemos que sólo haya sido un largo bache y que por lo menos el descenso esté lejos siempre.
 
A muerte, sí. Palabra fatídica. Una prueba más de lo estúpida que puede ser la sociedad actual. No he conocido ninguna más tarada que ésta. Empezaron con el todos y todas, siguieron hablando de encerronas donde no las había y ahora los políticos insisten como catetos en "el señor Faustino Cifuentes” cuando siempre he oído que se decía Don Faustino o señor Cifuentes.
 
Fíjense lo memos que son.
Y nos tienen en sus manos.

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