viernes. 29.03.2024
Carlos Sánchez | Periodista

Aficionados al Efesé: una tipología

Sobre todo durante este último año, que he vivido más de cerca el devenir del equipo, me he dado cuenta de que, a pesar de que la afición del Cartagena es una, con sus señas de identidad comunes y orgullosa de portarlas, sí que hay diferentes tipos de seguidores, cada...
Sobre todo durante este último año, que he vivido más de cerca el devenir del equipo, me he dado cuenta de que, a pesar de que la afición del Cartagena es una, con sus señas de identidad comunes y orgullosa de portarlas, sí que hay diferentes tipos de seguidores, cada uno con sus peculiaridades. Sirva este artículo como pequeña introducción para los neófitos de la materia.

Aunque seguramente se puedan establecer más grupos, yo los clasificaría en cuatro grandes tipos. Los grupos en sí no son cerrados ni excluyentes, ya que un mismo individuo puede encajar en dos definiciones diferentes. Sin más preámbulo, allá vamos:
  • El quemasangres: Dícese de aquel aficionado al que todo le parece mal. Que si Juan Ignacio esto, que si Buitrago lo otro, que si Tato lo de más acá. Por muy bien que vayan las cosas, este individuo siempre se mostrará descontento e insatisfecho, ya sea porque achaca al míster ponga a Expósito o porque la segunda equipación sea casi (casi) de color grana. Lo reconocerás si lo ves criticando al nuevo fichaje en su primer entrenamiento.
  • El apuntacarros: Este grupo engloba a todos aquellos que no hayan ido al campo cuando el equipo estaba en 2ªB. Haciendo un poco de cuentas me salen unos cerca de 6.000 apuntacarros en el Cartagonova domingo tras domingo. El espécimen más fácil de reconocer es aquel que, pensando que el Cartagena está al nivel de Madrid o Barça – equipos que seguramente habrá seguido antes de estar con el Efesé -, propone el fichaje de Guti o Márquez.
  • El segundabé: Aquí se encuadran todos aquellos que siguieron al equipo cuando estaba “en el pozo de la Segunda B” y qué, además, hacen gala de ello. Su enemigo íntimo es el apuntacarros, al que no duda en atacar cada vez que éste abre la boca, arguyendo cierta superioridad moral sobre él. Lo reconocerás cuando diga: “cállate, que yo no te veía cuando aquí venía el Sangonera”.
  • El almarjaleño: Los pertenecientes a este tipo son, por norma general, gente que supera la cuarentena e incluso la cincuentena. Estos seguidores alegan haber seguido al Cartagena “ya desde que jugaba en El Almarjal”. Igual que el segundabé, se caracterizan por zanjar las discusiones alegando su número de abonado en el antiguo estadio, lo que le otorga mayor rango – según su parecer – sobre el apuntacarros. Si alguien dice: “aquel equipo que ascendió en el 82 sí que era bueno”, seguramente sea un almarjaleño. El aforo del antiguo estadio debía de ser mucho mayor que el actual, porque cada vez me cruzo con más gente que dice haber estado abonada allí temporada tras temporada.

De momento, con esto ya puedes saber cómo es el aficionado que se sienta a tu lado en el Cartagonova. La grandeza de todo esto es que, a pesar de las diferencias, todos acaban queriendo al Cartagena y, por ende, queriéndose entre si.

Aficionados al Efesé: una tipología
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