El alegre debut de Dani Nadal

Ya el viernes previo al partido con el Loja el entrenador Pato dejó entrever en rueda de prensa que Dani  Nadal podría estar en la nebulosa de los 18 convocados. Con el encuentro en marcha el dorsal 23 del Cartagena, que seguramente utilizará una camiseta talla infantil, vio como le tocaba...
Ya el viernes previo al partido con el Loja el entrenador Pato dejó entrever en rueda de prensa que Dani  Nadal podría estar en la nebulosa de los 18 convocados. Con el encuentro en marcha el dorsal 23 del Cartagena, que seguramente utilizará una camiseta talla infantil, vio como le tocaba la lotería. Pato se lió la manta a la cabeza y tomó la decisión de hacer jugar al chico canterano 8 minutos últimos, más los tres de añadido que dio el árbitro. Pato tuvo el santo valor.

Que levante la mano quien diga que, espectador en el Cartagonova en un bodrio de partido, no sintió en su interior de aficionado la satisfacción de que un espabilado futbolista de 19 años, de aquí, iba a debutar. La grada suele ser sabia y generalmente justa, y ovacionó a Dani como dándole lo que ya no dan ni los Bancos: crédito. Confianza en sus posibilidades. Y aliento.

Si esto no ha sido flor de un día ni una estrategia aislada de Pato para ganarse a un sector importante de la afición, habrá que estimar que por una vez (y que sirva de precedente), tenemos en Cartagena un entrenador que hace un guiño a la cantera. Ayer fue Dani Nadal, mañana puede ser Sergio Jiménez. Las aspiraciones y exigencias del equipo pueden ser perfectamente compatibles con la presencia de lo mejor de la cantera en plantillas del primer equipo.

Es hora de lanzar felicitaciones por este gesto, ya no de por sí por lo que haya dejado entrever Dani Nadal en unos minutejos en el campo, como ratón de biblioteca que se las sabe casi todas, con mínima participación pero con el estreno como albinegro en Segunda B ya realizado. Lo importante es comenzar y saber que se puede responder tras una precampaña notable, rozando el sobresaliente.

Por eso me ha encantado un trabajo publicado por Maite Fernández en La Verdad en el que se refleja el ánimo del chiquillo, dorsal 23, que apenas levanta dos palmos de suelo pero que el domingo fue el representante de una cantera por lo general menospreciada, cuando no olvidada.