12 de septiembre de 2009, 2:00
La prensa Argentina y los aficionados atacan sin cuartel a su selección y las críticas le llueven por doquier, como diría el escritor argentino Roberto Fontanarrosa: en Argentina el infierno y el cielo en ocasiones se confunden. Desde mi punto de vista, creo que el presidente de la federación Argentina Julio Grondona cometió un grave error al contratar a Maradona como seleccionador, pues el que haya sido un gran jugador no significa que sea un buen entrenador. A las pruebas me remito.
No se puede hacer jugar a jugadores que están de vuelta por muy buenos que hayan sido hace años y además hacerlos jugar de titulares, ejemplo: Palermo ( 36 años) y Verón (34). En vez de Palermo podría haber llamado a Higuain y en vez de Verón está Riquelme, si bién este jugador está enfrentado con Maradona y por eso no juega.
El que Riquelme dijera en rueda de prensa que se dejaba la selección fue motivado por el mal rollo con el entrenador, Maradona no supo gestionar el problema que hubo entre jugador y entrenador, aquí se juntaron el hambre y las ganas de comer, me explico, el entrenador se cree Dios y el jugador también. Aquí es donde brilla la insensatez y la poca cordura, pues la prepotencia de ambos ha llevado consigo que un jugador determinante para Argentina se quede sin jugar.
También hay que decir que el jugador no es ningún santo, pero ahí es donde debe sacar a relucir el entrenador la psicología, llegar a un acuerdo, recordar siempre que los trapos sucios se lavan en casa y pactar entre los dos una salida airosa, de manera que la que salga ganando sea la selección de su país. Habría que recordarles a los dos una frase del escritor estadounidense Ernest Hemingway: El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad, porque desde luego, es lo que les hace falta a ambos, menos prepotencia, menos arrogancia, menos soberbia y más humildad.
No se puede hacer jugar a jugadores que están de vuelta por muy buenos que hayan sido hace años y además hacerlos jugar de titulares, ejemplo: Palermo ( 36 años) y Verón (34). En vez de Palermo podría haber llamado a Higuain y en vez de Verón está Riquelme, si bién este jugador está enfrentado con Maradona y por eso no juega.
El que Riquelme dijera en rueda de prensa que se dejaba la selección fue motivado por el mal rollo con el entrenador, Maradona no supo gestionar el problema que hubo entre jugador y entrenador, aquí se juntaron el hambre y las ganas de comer, me explico, el entrenador se cree Dios y el jugador también. Aquí es donde brilla la insensatez y la poca cordura, pues la prepotencia de ambos ha llevado consigo que un jugador determinante para Argentina se quede sin jugar.
También hay que decir que el jugador no es ningún santo, pero ahí es donde debe sacar a relucir el entrenador la psicología, llegar a un acuerdo, recordar siempre que los trapos sucios se lavan en casa y pactar entre los dos una salida airosa, de manera que la que salga ganando sea la selección de su país. Habría que recordarles a los dos una frase del escritor estadounidense Ernest Hemingway: El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad, porque desde luego, es lo que les hace falta a ambos, menos prepotencia, menos arrogancia, menos soberbia y más humildad.
