sábado. 20.04.2024

Un asiático amargo

El asiático que me he tomado, nos hemos tomado esta tarde ha sido un asiático sin la condensada, sin canela, escaso de cuarenta y tres, amargo y, encima, de crisis, no económica, que también, sino de fútbol, goles y todas las zarandajas de este deporte que deseen añadir. Ese ha sido...

El asiático que me he tomado, nos hemos tomado esta tarde ha sido un asiático sin la condensada, sin canela, escaso de cuarenta y tres, amargo y, encima, de crisis, no económica, que también, sino de fútbol, goles y todas las zarandajas de este deporte que deseen añadir.

Ese ha sido el postre de esta tarde ya entrada la noche cerrada. ¿Lo mejor? La compañía de mi santa, futbolera como el que escribe, de origen riojano y con alma más cartagenerista que aquella primera piedra, que sabe Dios por donde andará, de aquel vetusto y querido Armajal de nuestros recuerdos. ¿Lo peor? Ese regusto amargo del asiático con el que he titulado y con el que me despedí de los amigos para irme del estadio por el puente de La Rambla silenciosamente preocupado.

En lugar de titular la crónica de hoy como la he firmado podría haberla titulado como Petros Márkaris título su último libro: “Con el agua al cuello”. Porque así está el FC Cartagena y ese es el trasfondo de todo el fútbol que realiza. Estamos ahogados, indignadamente ahogados, naufragando y en el principio del caos. ¡Qué primera parte, a pesar del gol, nos han obligado a presenciar!

Ellos, está claro que me refiero a los técnicos y también a los jugadores, pueden, luchan, quieren pero, no dan más de sí. Pero, ¿y el resto? ¿Y los aficionados? Como no lo sé, se lo pregunto a mi acompañante. Y me confiesa que ella, también, está in albis.

Solo que tras repartir culpas (Presidente, Director General, Director Técnico que marchó, ex entrenador que no engrasó al equipo en la pretemporada y aficionados por dejar que nos engañaran, quizás creyendo y confiando que ellos tenían conocimiento de lo que trataban), ha llegado el momento de tomar medidas y de erradicar el problema, que con la consecución de este raquítico punto contra los ilicitanos soluciona muy poco, para que el agua no nos llegue más allá del cuello.

Lo visto esta tarde me recuerda a otras épocas, a otras generaciones, a otros presidentes y a otros técnicos y plantillas que por pasar por épocas duras, ya saben lo que es sufrir y ya se han estrenado en los mecanismos que les permitió resistir para así, después, poder renacer.

El equipo, tal como lo he visto, me ha parecido que lo que necesita es unos buenos peluqueros, digo delanteros, que le arreglen y corten hasta los cabellos de la nuca para que la luzca tal y como merece ante las porterías contrarias que le restan por visitar.

Este partido me ha recordado demasiado a ese duo de humoristas como son Faemino y Cansado  en el que el FC Cartagena quería parecerse a Cansado, desarrollando y fundamentando su juego en lo absurdo y surrealista, mientras que los ilicitanos se asemejaban a ese Faemino inteligente que era vitoreado por sus incondicionales seguidores, fundamentalmente cuando el R. Murcia marcaba y ganaba al Hércules.

Viendo lo que he tenido que ver y oyendo lo que he tenido que escuchar debo decirles aunque sea con pena: ¡qué a gustico se está en la casa de uno¡ y solicitar que, rápidamente, se presente la planchadora porque el vestido de los jugadores de D. Javier López Castro necesita un buen zurcido, lavado y planchazo.

Total, que todo vuelve como al principio de temporada y meses siguientes, va a cumplirse el primer trimestre. Una pena que todo, se presiente, vaya acabar como ya todos sabemos: tarde y empeñados.

Se esperaba, todos esperábamos con júbilo el partido de esta tarde entre el FC Cartagena y el Elche CF: El momento de forma de los ilicitanos y el querer resucitar de los cartageneros, el escenario, el ambiente, la no presencia del primo se presentaban como ingredientes únicos para conformar un duelo épico, incluso con Acciari en el inicio resultaba curioso ver cómo los jugadores de ambos equipos se daban la mano antes de comenzar el partido con una gran sonrisa dibujada en el rostro. Sus caras parecían decir: “Tenemos la materia prima. Vamos a pasárnoslo bien”. Y con esas, todo salió como salió, es que estamos en plenas Idus de noviembre.

Soy consciente de que muchos aficionados detestan el fútbol, este fútbol que, últimamente, está ofreciendo claro-oscuros o más oscuros. Sé que se añoran las peleas de antaño, las de hoy dicen muy poco. Siendo consciente he visto como el humo flotaba sobre los graderíos y como el olor de los puros, la magia e intranquilidad del momento se entremezclaban fundiéndose con el sabor amargo de mi asiático, pero amigos esto es esencialmente nostalgia de un tiempo que jamás volverá. Solo nos queda esperar y mirar hacia Almería.

Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce”. Dies 11/12: Pridie Idus Novembres.
http://lamedusapaca.blogspot.com. En Twitter: @Logrocartg.

Un asiático amargo
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