Al comenzar el partido he visto a Javi López, solitario y fumando y, ahora, aunque no lo veo al estar en Un Rincón Para Doce, intuyo verlo reflexivo, preocupado, positivo, contento y a gusto, no gustándose,ya habrá tiempo para ello.
Aun habiendo sido un partido absolutamente distinto hasta los ahora presenciados por pelea, fe, ir a por todas, competido y unos de los mejores, por no decir el mejor que hemos visto en el Cartagonova y aun no habiendo nada nuevo bajo el sol, o precisamente por eso, ha sido el viejo y sabio Plutarco el que me ha inspirado esta tarde a la hora de ponerme a escribir, y son las diecinueve horas y media, lo que a continuación les voy a contar.
Cuando leí hace unos días que Javi López, entrenador del FC Cartagena decía estar “muy contento porque vamos avanzando mucho. Estamos trabajando en estrategias. Estoy ocupado en que mi equipo lo haga bien y tengo la seguridad de que se va a dar un paso al frente” “Encontraremos el camino del gol, esforzándonos en el trabajo”, me ha venido a la memoria aquel episodio de Plutarco en el que cuenta cómo Alejandro Magno compró a su caballo Bucéfalo.
Narra el historiador que Bucéfalo era un potro tosco y salvaje, que no se dejaba tocar por nadie. Filipo, el padre de Alejandro, lo desestimó. Pero el joven macedonio giró la cabeza del animal hacia el sol, dejándole cegado. En ese momento lo montó y Bucéfalo obedeció dócilmente.
Afirma Plutarco que en ese instante Filipo pronunció su célebre frase: “Hijo mío, búscate un reino que iguale tu grandeza porque Macedonia es pequeña para ti”.
Alejandro Magno y Bucéfalo no se separaron jamás hasta la muerte del caballo en la batalla de Hidaspes contra el rey Poros. El gran caudillo honró su memoria fundando la ciudad llamada Bucéfala, hoy situada en Pakistán. ¡Ay si Alejandro resucitase y levantara la cabeza!
Alejandro jamás iba a una batalla sin su caballo, al que atendía personalmente y cuidaba como un amante. Bucéfalo era capaz de matar, sin embargo, a quien se le acercara de forma imprudente.
La leyenda, estimados y buenos lectores, únicamente son ustedes los que me mantienen, de Alejandro y Bucéfalo me sirve, jugado el partido de esta tarde para asemejarla con Javier López y sus discípulos. A Javi López se le ha criticado, este articulista el primero y a veces con dureza, por creer que entre él y su plantilla no había simbiosis e incluso tenía sus grandes diferencias con algunos miembros con peso específico dentro de su propio vestuario, por lo que era menester y hacía muchísima falta que la relación con su gente fuese semejante a la de Alejandro con su caballo. El articulista constata que, aunque se haya empatado, parece haber llegado esta tarde en el Cartagonova.
Si Alejandro sólo se sentía seguro en sus batallas cabalgando a Bucéfalo, Javi López ha necesitado de toda su gente para convencerse de que él como entrenador necesita imperiosamente de sus discípulos. Seguramente sueña por las noches que tiene que ayudar a sus muchachos para que, todos juntos, vayan sumando puntos, aunque sea puntito a puntito, para salir de esta profunda angustia que sólo se puede salir de ella si ambos se acoplan, se comprenden y luchan como lo hicieron Alejandro Magno y Bucéfalo.
Visto lo visto, este entrenador podrá superar el trauma que hasta ahora ha portado tras sus espaldas. Pienso que sería una crueldad privarle de la mini alegría, alegría al fin y al cabo de ese puntito conseguido esta tarde y fundamentalmente de la autoestima que han podido recuperar esos jugadores que hasta hoy no sabían qué era eso de autoestimarse. Propongo que como queremos a este club concedamos a su entrenador y jugadores el beneficio de la duda de que, arropaditos, pueden ir subiendo peldaño a peldaño la cuesta de pánico que les resta por ascender hasta diciembre.
Esta es mi crónica del partido de hoy. Si al comenzarla me acordaba de Plutarco, para finalizarla voy a recordar al gran Don Pío, Don Pío Baroja, ¡forastero¡“Como uno no tiene relaciones ni con revolucionarios ni con reaccionarios ni con…, le pasa como al murciélago del cuento. Cuando va con los pájaros le dicen: tú no eres un pájaro. Y cuando va con los ratones: tú no eres un ratón”. ¡Ay, Ay, Ay!
Pedro-Roberto J.P.En un “Rincón para Doce”.Dies 10/15: Idus Octobres.
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