martes. 16.04.2024

El Cádiz de la sangre

 GUILLERMO MONTOYA  Del mismo modo, empezada la jornada, llegó este Cádiz glorioso en sus santas y venerables manos, dando gracias te maldijo, y lo dio a sus jugadores diciendo...  Segunda jornada y segunda derrota. Perder en Cádiz entra perfectamente en los cálculos, tanto para el Cartagena como para cualquier equipo del grupo,...

 GUILLERMO MONTOYA

 Del mismo modo, empezada la jornada, llegó este Cádiz glorioso en sus santas y venerables manos, dando gracias te maldijo, y lo dio a sus jugadores diciendo...

 Segunda jornada y segunda derrota. Perder en Cádiz entra perfectamente en los cálculos, tanto para el Cartagena como para cualquier equipo del grupo, e incluso, de toda la categoría. Colistas. La temporada acaba de empezar y dudo que el equipo sea el último todo el año. ¿Hay que estar preocupados? Si la temporada hubiese acabado el domingo, sí. Es pronto para empezar con las agonías y todo tipo de maldiciones que el aficionado empieza a escupir por la boca. Es la penitencia habitual de todos los años.
 
El equipo está empezando a coger forma, a jugar de una forma correcta y vistosa, algo poco habitual en Segunda B, y paga sus errores. Se perderán más partidos, es lo normal. El problema es que es demasiado pronto para hacer sangre. Sangre de la alianza nueva y eterna. La sensación que me queda, año tras año, es que la gente está deseando ver perder y fracasar al equipo para tener la oportunidad de criticar. Ya lo cantaba Franco Battiato en ´Mal de África´:
 
Con las sillas sentados en la calle,
pantalón corto y camiseta por el calor que hacía.
En la ventana tras la reja mi padre se peinaba,
el olor de brillantina se apoderaba de mí.
El placer de sentirse juntos para criticar,
y era como un mal de África, mal de África.
 
Ya sé que no voy a cambiar las arraigadas costumbres futboleras de los cartageneros, es imposible. Pero sí invito a esperar a que acaben los partidos para crucificar a diestro y siniestro. Es mucho más correcto y sencillo. Queda demasiado camino por recorrer para empezar a torcerlo y llenarlo de piedras. Es demasiado pronto para empezar la lapidación. Es demasiado pronto para empezar a elegir entre Víctor y Barrabás. Es demasiado pronto para empezar a comerciar en el templo una vez atravesada la Rambla de Benipila.
 
Si empezamos a fustigarnos desde el primer día, el año puede terminar con unas heridas incurables. Nos encanta fustigarnos y fustigar a los demás. La religión del fútbol es la más sufrida. Hay dioses, hay santos, hay Judas, por todas partes, y hay castigo divino: no acender a los cielos de la Segunda división. El infierno de la Tercera es mucho peor. Que le pregunten al Castellón...






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