17 de julio de 2010, 2:00
No me canso de recordar que fue el quinto mejor equipo de la División de plata y no fue más, quizás por falta de arrestos y visión estratégica, quiero pensar…, pues ahora aparece el negocio, los fichajes lentos y chocantes.
Ahora viene éste y ahora no, ahora se vende una gran adquisición y ahora se va a otro que se cruza, ora sí, ora no, cambiamos de carril en torno a los fichajes como si estuviéramos en una pista de karts, lo cierto es que después del alegre roce de la gloria toca acariciar el desencanto de la realidad, para muestra el indicador de los abonados, esto acaba de empezar pero…, entre los nuevos precios, a pesar de los gestos que no economizan, y el descarte primario más los medio fichajes secundarios, la frustración y el desencanto se están adueñando de las gradas del Cartagonova.
Un estratega y un empresario deportivo han de ilusionar a la afición si realmente desean obtener un beneficio, en este caso van de la mano tanto el económico como el deportivo, se ganó en la temporada anterior pero parece ser que los objetivos han cambiado y quizás sea por un exceso de confianza.
A pesar de los brindis al sol de colegio de ventas y compras y de los dimes y diretes de final de temporada, el banquillo demostró honestidad y juicio, han sido honrados, algo que a estas alturas todavía han de demostrar algunos, no se que se maquina.
Pero el horizonte no esta tan claro como en el verano anterior, se debiera de estar hablando en la afición de metas e ilusiones y esas premisas están hoy desterradas hoy por hoy y eso no es bueno, esto es un negocio, pero mucho ojo a la hora de jugar con una afición, una afición que esta escarmentada de juegos de córrala anteriores.
Lo que ha demostrado la ciudad es que una marea albinegra ha llevado en volandas un proyecto económico y deportivo añorado y esta afición no merece un descalabro en este inmediato futuro.
Ahora viene éste y ahora no, ahora se vende una gran adquisición y ahora se va a otro que se cruza, ora sí, ora no, cambiamos de carril en torno a los fichajes como si estuviéramos en una pista de karts, lo cierto es que después del alegre roce de la gloria toca acariciar el desencanto de la realidad, para muestra el indicador de los abonados, esto acaba de empezar pero…, entre los nuevos precios, a pesar de los gestos que no economizan, y el descarte primario más los medio fichajes secundarios, la frustración y el desencanto se están adueñando de las gradas del Cartagonova.
Un estratega y un empresario deportivo han de ilusionar a la afición si realmente desean obtener un beneficio, en este caso van de la mano tanto el económico como el deportivo, se ganó en la temporada anterior pero parece ser que los objetivos han cambiado y quizás sea por un exceso de confianza.
A pesar de los brindis al sol de colegio de ventas y compras y de los dimes y diretes de final de temporada, el banquillo demostró honestidad y juicio, han sido honrados, algo que a estas alturas todavía han de demostrar algunos, no se que se maquina.
Pero el horizonte no esta tan claro como en el verano anterior, se debiera de estar hablando en la afición de metas e ilusiones y esas premisas están hoy desterradas hoy por hoy y eso no es bueno, esto es un negocio, pero mucho ojo a la hora de jugar con una afición, una afición que esta escarmentada de juegos de córrala anteriores.
Lo que ha demostrado la ciudad es que una marea albinegra ha llevado en volandas un proyecto económico y deportivo añorado y esta afición no merece un descalabro en este inmediato futuro.
