Usted ha sido un buen jugador de futbol y lo que es más importante ha permanecido muchos años siéndolo. Como entrenador lo tiene todo por delante sin antecedentes que puedan ubicarlo, y entonces tenemos que guiarnos por lo que dice y por lo que trata de ejecutar con sus jugadores.
Que uno es dueño de sus silencios y prisionero de sus palabras quedó ampliamente superado por internet y por las hemerotecas empecinadas en demostrar la incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace en innumerables cantidad de ocasiones.
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"Momentos en que las convicciones puedan astillarse porque los resultados no ayudan y recurramos a pensar en el futbol que se usa y dejar de usar el futbol que pensamos” |
Usted fue amigo de la pelota y al igual que aquellos que lo fuimos hay ciertos usos y modismos del futbol actual, que estoy casi seguro que le molestan. Pero a pesar de esto y precisamente por ello, ante el aumento considerable de micrófonos delante suyo y la alegría verborrágica del parto "entrenadoril” no quisiera que se vea involucrado en modismos al uso, sobre todo en aquellos momentos en que las convicciones puedan astillarse porque los resultados no ayudan y recurramos a "planes B, C y/o D”. Esto es irnos acercando a pensar en el fútbol que se usa y dejar de usar el fútbol que pensamos, es decir, el que usted ha jugado y en definitiva el que propone. (Diario La Opinión 8 y 14 de Marzo de 2010, en época precisamente de Juan Ignacio y Víctor, "… no hay que dejar de ser…” por el que suscribe)
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"Éste equipo se parece a mí…” y "…quiero un equipo intenso… |
Siempre para aprender y no para enseñar, de su vocabulario me quedo con dos ejemplos para el análisis: "…éste equipo se parece a mí…” y "…quiero un equipo intenso…”
En cuanto al parecido de su equipo con usted, uno comprende entre líneas su percepción de la realidad futbolística de su equipo, pero el análisis siempre constructivo, le agrega ciertas consideraciones.
Usted ha sido, lo ha demostrado y ha permanecido, este equipo no es, tendrá que demostrarlo y permanecer como tal.
Las aparentes cualidades técnicas de los nuevos deberán los domingos sostenerla los hombres que hay en cada jugador. Y esta hombría no significa pelearse, sino asumir responsabilidades, pedirla en los momentos difíciles, no esconderse y mantener la convicción en la salida y en el trato de balón que usted le propone.
En definitiva ser protagonista a través de la pelota.
Por el momento el "aún…” y el "todavía…” prevalecen, como es lógico, a estas alturas. Solo me queda transmitirle el deseo de, cómo usted ha dicho, se parezca a Víctor lo antes posible.
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Y en cuanto a "…quiero un equipo intenso…” el partido de ida de la Supercopa de España me facilita la claridad de la explicación. |
Después del 4-0 del Bilbao al Barcelona, lo que parece una fórmula, puede llevarnos a la confusión futbolística
Generación x intensidad + 40 x 70 = 4-0
Esto es: el fútbol intenso generado por los vascos en los 2800 m² (40x70) en que logró el Bilbao meter al Barcelona reduciéndole los espacios y asfixiándolo. Hizo de ello un triunfo apabullante, demoledor, justo e inapelable que nos puede llevar a la confusión si se nos difumina la también apabullante, demoledora, justa e inapelable estadística a favor del Barcelona.
Los partidos los pueden ganar los intensos, pero los campeonatos los ganan siempre los talentosos.
La intensidad es ayudante subalterna, segundona, telonera y complementaria, la diva, la protagonista es siempre la pelota, aunque a veces le duela el cuerpo por el mal trato recibido.
En esta Segunda B en la cual inmersos estamos, el talento es una especie en extinción, pero también, y precisamente por eso, es difícil planificar la intensidad antes de los partidos. Prácticamente no hay equipos que basen su juego en la posesión de la pelota, no dan referencias para poder presionar y mucho menos cerca de su portería para que un "… equipo intenso… "como usted lo denomina pueda recuperar y después generar ocasiones de gol.
Por lo tanto la pretendida intensidad puede difuminarse como plan y cual soldado al que el valor se le supone, solo nos quedará pelear cuando nos toque, nos dejen, y en definitiva donde sea, es decir, sin plan.
Entonces si no podemos generar ocasiones por intensidad en campo contrario, y que por diferentes motivos no encontramos nuestro fútbol, aparece la sombra alargada del fútbol que en esta Segunda B se usa: juego directo, indirecto, segunda jugada, segunda línea, eufemismos que metamorfosean el famoso "patapumparriba” del inolvidable guiñol de Clemente en el canal plus.
Y para terminar vamos a aclarar: sé que es difícil en esta categoría la manutención de la creatividad, por lo tanto si alguien me asegura los resultados favorables los lunes con lo más arriba expuesto, seré el primer aficionado en defenderlo.
Mientras tanto Víctor me queda transmitirle el deseo, que al final del camino su equipo haya hecho lo posible por jugar y que se le haya parecido a usted en su juego más que en la intensidad. No sé si obtendrá dividendos suculentos y/o sustanciosos, pero estoy seguro que nos alcanzará futbolísticamente para comer con dignidad, que no es poco.
Un abrazo y muchísima suerte.
AMÉN
