jueves. 25.04.2024

Cartagena-La Roda, una 'finalísima a la carta'

GUILLERMO JIMÉNEZ   Increíble. Totalmente imprevisto el decorado de la jornada 38 de Liga en el grupo en el que se encuentra encuadrado el Cartagena. Me dicen en agosto del año pasado que en la ronda final se van a jugar la vida los blanquinegros el 17 de mayo (o cuando sea,...
GUILLERMO JIMÉNEZ
 
Increíble. Totalmente imprevisto el decorado de la jornada 38 de Liga en el grupo en el que se encuentra encuadrado el Cartagena. Me dicen en agosto del año pasado que en la ronda final se van a jugar la vida los blanquinegros el 17 de mayo (o cuando sea, por el paro o huelga), con La Roda por seguir en Segunda B y además de no creerlo  y carcajearme sospecho que mi interlocutor está loco de atar o me vacila.  
 
Para el Cartagena es una terminación de campeonato contra natura. Lo suyo, lo que siempre ha sido su norte, disputar la fase de ascenso, se ha ido por el sumidero por todos los errores cometidos de planificación, de estructura, falta se solvencia y por la irresponsabilidad de los jefes del club. No digo más. De momento.
 
Mas la realidad de los 37 capítulos anteriores padecidos esta temporada -algunos alucinantes, que sabemos, y muchos otros que desconocemos- confirman que el equipo pésimamente conducido desde que llegó Sporto Gol Man, relevado  hace unos días para la briosa remontada por Paco Belmonte y su grupo,  iba a llevar el club a la ruina y al desguace. Una campaña para olvidar, como terrible sueño con tortuosa pesadilla, desemboca en una finalísima con muchísimo intríngulis y además encadenada con  lo que suceda no solo en el estadio Cartagonova sino en otros  frentes de batalla: Arroyo-Cádiz, Córdoba B-Jaén, Sevilla At.-Cacereño.
 
Yo no conozco un final de campeonato igual en muchos años a la redonda en el fútbol blanquinegro. He visto promociones de ascenso en El Almarjal y en el Cartagonova, finales de Liga de infarto, pero lo de este año no tiene parangón.
 
Esta finalísima llega acompañada de un menú a la carta con 81 platos diferentes, combinados de mil maneras con su mostaza, picante, guindas, ricos y traicioneros pimientos de Padrón y algún caramelo envenenado. Es una ruleta rusa un poco dulcificada por el triunfo en Jaén que espero resulte satisfactoria para los colores del FC Cartagena como lanzadera de una victoria, si llega,  que va a ser celebrada casi como un ascenso. Repito: ¡quién lo diría en agosto!
 
El éxito anterior en  campo jiennense y la circunstancia de que no haya más bajas en los de Palomeque, por sanción que la de Prosi, que va a ser recurrida para que le anulen la cartulina amarilla que vio el domingo, concede crédito al grupo humano del equipo que ha vuelto a la normalidad en un club ahora correctamente llevado en esta fase de transición atendiendo los requisitos de la Ley Concursal y los esfuerzos que demanda resolver los encuentros en el campo de juego -la llave de todo- y además lograr la vuelta de la afición al estadio, Efesemanía incluida.
 
Será una tarde la de este domingo -pendiente de que se vaya a  jugar-  con la mejor entrada en el Cartagonova de las últimas campañas,  una tarde de calor y fervor, de seguimiento in situ del Cartagena-La Roda pero de película de camarote de los hermanos Marx, atendiendo  de forma simultánea los resultados que se registren en otros escenarios. De locura.

Cartagena-La Roda, una 'finalísima a la carta'
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