El Valencia lo hace muy bien, camiseta blanca y pantalón negro. Alemania todavía mejor con un combinado igual de colores. Lo mismo el Salamanca mientras el Castellón se pone elástica a rayas franjas blancas y negras y pantalón blanco. Y en todos los casos las medias deberían ser blancas para alegrar. Nosotros, no, nos hinchamos de negro. No aprendemos ni de la Juventus, la vieja señora, que lleva mucho negro pero muy bien distribuído.
Imitemos lo bueno.Isidoro Valverde, creo recordar, achacaba parte de las desventuras del FC a sus colores y yo siempre he estado de acuerdo en eso, pero resulta que el año triunfal de nuestra vuelta al fútbol profesional, ganábamos con el negro y, pásmense, con el amarillo, el otro color gafe. Y ahí se me derrumbó un poco la teoría de los colores y me di cuenta de que lo fundamental es tener un buen equipo, con técnica, velocidad y garra, pero…
Siempre estamos de polémica por la vestimenta del FC. Ahora también y, aunque nadie me haga caso porque vengo diciendo lo mismo tiempo ha, voy a aportar mi granito de arena. Mis aficiones, como ya he dicho más de una vez, son el mar, los toros y la Semana Santa. Y, naturalmente, CT, mi pasión. Pienso mucho en ella desde la distancia y también en mi FC, que tanto me emociona cuando hace las cosas bien. Y sufrir cuando mal.
Muchas veces pienso en la camiseta del FC, nueva, que me gustaría. Este verano, sin ir más lejos, en verano, en la piscina veía el color del césped, de los árboles y del cielo y se me venía a la cabeza una combinación original : camiseta verde (que representaría el campo de Cartagena), pantalón azul cielo o azul mar (nuestro puerto, nuestro mar y nuestro precioso cielo) y medias verdes. También en la playa –que tantísimo me gusta- me viene otra combinación, original también. Color arena con color cielo. No la he visto nunca a nadie.
Representaría nuestro turismo, nuestras playas, nuestra historia, nuestra arqueología. Nada más antigüo que el mar, el nuestro por supuesto.
Tenemos también el rojo carmesí Cartagena, que es muy bonito, Que queda muy bien y se ha utilizado muy poco.
Insisto que no me puedo negar al blanco y negro, pero con gracia y con mucho blanco. Lo de blanco y negro me trae otro recuerdo imborrable de mi infancia, ese helado que era mezcla de café helado puro, hecho manualmente en garrafas con hielo y sal y muchas vueltas de mano hasta que salieran callos, y mantecado, que sólo llevaba azúcar, huevos, canela y leche (también todo manual) y cuyo sabor inolvidable he dejado de buscar después de haberlo pedido en todas los sitios donde he estado en mi casi ya larga vida. No lo encuentro ni parecido. ¡Menudo blanco y negro era aquel! O sea, que llevo estos colores hasta en el tuétano, desde el corazón al paladar. Balón y helado. Fútbol y verano. FC y sabor frío y maravilloso.
A ver si de una vez nos ponemos de acuerdo y damos con el color ideal. Estas son sólo unas pocas ideas intentando mejorar. No me critiquen demasiado, queridos aficionados. Todos los colores que planteo nos representan y mucho. No es estética solo. Es también sentimiento. Y alegría porque los colores propuestos son alegres.
Y dejo aparcado, de momento, el morado marrajo –como todas las cintas de las medallas de la Olimpiada este año, con vestidos del mismo color de las azafatas y cinturón color oro-, el rojo californio y el blanco resucitado. Para soñar.
Y salud, suerte, trabajo y alegría para todos.
