8 de septiembre de 2011, 11:23
El cambio favorable lo fue facilitando la afición albinegra con su sensato proceder antes y durante el desarrollo del encuentro copero. Los llamados quemasangres se mordieron esta vez la lengua y hasta vitorearon a unos jugadores que se afanaron para alcanzar un rápido cambio de imagen que calmase el pesimismo en vena propiciado por ese 0-4 ante el Barça B en la Liga, tan solo unas horas antes.
El conjunto de PL mejoró muchos enteros pero evidenció como principal carencia la falta de pólvora. Por el momento la estadística de esa insuficiencia atacante coloca la soga al cuello del Cartagena, porque no se ha marcado un solitario gol después de 300 minutos. Si esta situación va a ser así de manera permanente la campaña que aguarda va a ser tortuosa, `pues ni empatando 0-0 todos los partidos lograría la permanencia.
Sin ánimo de alimentar el síndrome de la falta de goles, es una realidad que por ahí se puede ir cavando la fosa un equipo que en teoría debe salir adelante con mucho trabajo y un poco de serenidad. Habrá que arbitrar salidas desde la dirección para potenciar el ataque, con los convenientes pasos. Ya no vale mirar atrás ni acordarse de Toché, que en Grecia está, ni de Víctor, pues mientras se cae en brazos de la nostalgia, lo cual es muy humano, viene el zorro y se come las gallinas.
El moderado optimismo que aportó la Copa que rompe con el disgusto del domingo se sustenta en la mejoría experimentada en conjunto por el Cartagena, en el que Goni sigue dando buenas sensaciones en la línea de defensa y Manu Torres mejoró pasadas actuaciones desde el lateral zurdo. En la banda derecha Txiki fue el mismo de las buenas actuaciones que ya vimos en él. Josemi tendrá que elevar su nivel de respuesta física, aunque se esforzó. La actuación del meta Juanma fue muy buen en conjunto. Lástima que no repeliese algún penalti de los cinco que le clavaron por la habilidad de los lanzadores rojillos.
El centro del campo progresó con una mejor labor de Cleber, fuerte el de Belo Horizonte, aunque Dimas tuvo ante su ex equipo claros y oscuros y acabó acusando el cansancio. La esforzada ayuda de un dinámico Toni Moral se notó toda la noche hasta que el barcelonés, conmocionado por un golpe en la cabeza, tuvo que ser relevado en el minuto 84 por Ander Lafuente. Los detalles de Ivan Bolado, con el peso del dorsal 21 a cuestas, y después de Maldonado, que progresa adecuadamente,son esperanzadores, un proyecto de futuro pero aún no son efectivos.
La clase de Álvaro Antón se dejó advertir con acciones individuales que hace adivinar que de cara al gol es aprovechable, dentro de la escasez de recursos en un equipo que tiene que seguir trabajando la estrategia y romper pronto la psicosis de que el gol es un maná que todavía no cae del cielo pero que debe caer sin remisión. Peligroso panorama si no se resuelve.
Para más inri, en el lastre ofensivo del Cartagena acusado este miércoles de Copa, 'Cachorro' Chamorro, que entraba de refuerzo y para aportar acometividad a la ofensiva, cayó lesionado antes de la llegada de la prórroga. El delantero de Orihuela puede ser una pieza válida pero requiere tomar confianza en las aguas revueltas y complicadas de la Liga Adelante.
Y me agarraré al tópico: la Copa se fue por donde había llegado y queda toda la responsabilidad y dedicación para la Liga. Una pena que los imponderables, la lotería de los penaltis en suma, hayan tirado a la calle a un Cartagena que continúa en construcción, se quiera o no, ahora con la seguridad de que no volverán capítulos tan siniestros como el sufrido ante el Barcelona B, algo superado -espero, amigos- por la actuación de todos ante el Numancia. El público, sensacional; el equipo, aprobado pero con esas carencias que son solucionables poniendo manos a la obra. Si el camarón se duerme podrán aparecer problemas.
El conjunto de PL mejoró muchos enteros pero evidenció como principal carencia la falta de pólvora. Por el momento la estadística de esa insuficiencia atacante coloca la soga al cuello del Cartagena, porque no se ha marcado un solitario gol después de 300 minutos. Si esta situación va a ser así de manera permanente la campaña que aguarda va a ser tortuosa, `pues ni empatando 0-0 todos los partidos lograría la permanencia.
Sin ánimo de alimentar el síndrome de la falta de goles, es una realidad que por ahí se puede ir cavando la fosa un equipo que en teoría debe salir adelante con mucho trabajo y un poco de serenidad. Habrá que arbitrar salidas desde la dirección para potenciar el ataque, con los convenientes pasos. Ya no vale mirar atrás ni acordarse de Toché, que en Grecia está, ni de Víctor, pues mientras se cae en brazos de la nostalgia, lo cual es muy humano, viene el zorro y se come las gallinas.
El moderado optimismo que aportó la Copa que rompe con el disgusto del domingo se sustenta en la mejoría experimentada en conjunto por el Cartagena, en el que Goni sigue dando buenas sensaciones en la línea de defensa y Manu Torres mejoró pasadas actuaciones desde el lateral zurdo. En la banda derecha Txiki fue el mismo de las buenas actuaciones que ya vimos en él. Josemi tendrá que elevar su nivel de respuesta física, aunque se esforzó. La actuación del meta Juanma fue muy buen en conjunto. Lástima que no repeliese algún penalti de los cinco que le clavaron por la habilidad de los lanzadores rojillos.
El centro del campo progresó con una mejor labor de Cleber, fuerte el de Belo Horizonte, aunque Dimas tuvo ante su ex equipo claros y oscuros y acabó acusando el cansancio. La esforzada ayuda de un dinámico Toni Moral se notó toda la noche hasta que el barcelonés, conmocionado por un golpe en la cabeza, tuvo que ser relevado en el minuto 84 por Ander Lafuente. Los detalles de Ivan Bolado, con el peso del dorsal 21 a cuestas, y después de Maldonado, que progresa adecuadamente,son esperanzadores, un proyecto de futuro pero aún no son efectivos.
La clase de Álvaro Antón se dejó advertir con acciones individuales que hace adivinar que de cara al gol es aprovechable, dentro de la escasez de recursos en un equipo que tiene que seguir trabajando la estrategia y romper pronto la psicosis de que el gol es un maná que todavía no cae del cielo pero que debe caer sin remisión. Peligroso panorama si no se resuelve.
Para más inri, en el lastre ofensivo del Cartagena acusado este miércoles de Copa, 'Cachorro' Chamorro, que entraba de refuerzo y para aportar acometividad a la ofensiva, cayó lesionado antes de la llegada de la prórroga. El delantero de Orihuela puede ser una pieza válida pero requiere tomar confianza en las aguas revueltas y complicadas de la Liga Adelante.
Y me agarraré al tópico: la Copa se fue por donde había llegado y queda toda la responsabilidad y dedicación para la Liga. Una pena que los imponderables, la lotería de los penaltis en suma, hayan tirado a la calle a un Cartagena que continúa en construcción, se quiera o no, ahora con la seguridad de que no volverán capítulos tan siniestros como el sufrido ante el Barcelona B, algo superado -espero, amigos- por la actuación de todos ante el Numancia. El público, sensacional; el equipo, aprobado pero con esas carencias que son solucionables poniendo manos a la obra. Si el camarón se duerme podrán aparecer problemas.
