viernes. 29.03.2024

Como cuando florecen las encinas

También en invierno florecen o retoñan las encinas, que yo las he visto, y este florecimiento me lleva en esta noche después de Reyes a hacer un paralelismo entre nuestro Cartagena, en la tarde de hoy, y el florecer y retozar de los encinares. ¡Albricias, aleluya! ¡Alegrémonos! Durante demasiados miércoles,...

También en invierno florecen o retoñan las encinas, que yo las he visto, y este florecimiento me lleva en esta noche después de Reyes a hacer un paralelismo entre nuestro Cartagena, en la tarde de hoy, y el florecer y retozar de los encinares. ¡Albricias, aleluya! ¡Alegrémonos!

Durante demasiados miércoles, y bien que lo sentimos, el Icue les ha relatado que “Cuando el FC Cartagena cambie, el Icue cantará y contará el cambio”. Aquí estamos, sin rubor, ni avergonzados por lo que días, semanas y meses atrás hemos ido relatando. “La verdad es la verdad dígala Agamenón o su porquero”. Siempre estaré con la verdad, otros…allá ellos

Esto ha cambiado, se ha jugado y los tres primeros puntos de este 2012 ya están en las alforjas, se ha ganado y ya hemos traspasado el último puesto de la clasificación. Sí, sí, se ha ganado, ha habido criterio y Ríos de sentido común, lógica, orden y mejor dirigir, más ¡¡¡Cuidado!!! Todavía no hemos hecho nada, absolutamente nada.

Cuando florecen las encinas, el otoño se abre de piernas, el campo comienza a llenarse de sabia de vida para afrontar los meses de frescura, verdor y estío con reservas suficientes  y en esas invernadas estábamos y va y hasta gana el FC Cartagena. Todavía estoy temblando, mira que tenía ganas, tantas que las voy a usar mañana para cerrar la fiesta y las Fiestas en hundir mi cuchara de boj en un potaje de legumbres con setas, aunque estas sean de otoño pasado.

El partido de esta tarde me ha anudado una  delicia en la garganta, como cuando llora un hombre fuerte y maduro y como cuando viene un estremecimiento a colmar una plenitud. Ha habido en él algo humano, “sazón de todo”. Igual que cuando florecen las encinas. Con las jóvenes y las viejas, que todas florecen. Esta tarde en el Cartagonova ha pasado exactamente igual que en los encinares, todos juntitos, los de antaño y los de hogaño han florecido. ¡Éste es otro Cartagena, que te lo digo yo!

Así como la hoja del chaparro-encino es áspera, crujiente, graciosamente rizada en el entorno, verde el oscuro haz y gris el envés, el FC Cartagena, ante su pareja con objetivo de salir del descenso, ha tenido las mismas características que ese chaparro-encino. Se había llegado hasta la tarde de hoy con tronco áspero, duro e insensible. La plantilla entera, la alineación de esta tarde ha sido un Río sensible, se ha conmovido por la lluvia de críticas pasadas, por las salidas de tono en ventolera y ha dado la sensación de estar preparada para aguantar el sol o hielo con mucho cilicio y poco halago.

Y de pronto, todo el estadio se ha estremecido por los Ríos ordenados que en él confluían. Corrían los minutos 24 y 34 de la primera parte y, como salidos del tronco con solera de un sanluqueño, aparecieron las correrías y buenos centros de Manu Torres, remates y goles de Dimas Delgado y Salva Chamorro, buenos quehaceres de Ander Lafuente y Collantes y cambios con criterio y juego tranquilo, viniéndose todos arriba.

Todo se hacía con lógica, orden y el árbol, la encina, comenzó a vestirse, y toda aquella dureza, aquella ascesis de jornadas pasadas, ha comenzado a expresarse en purísimo temblor, en goterones de ternura  vistiéndola y adornándola toda como llovida de belleza, enmelada, soñadora, sauce sin río en el monte, con toda la fuerza de la encina y toda la melancolía del sauce.

Las encinas, lo mismo que me ha pasado esta tarde con mi equipo, no se conocen a sí mismas cuando llega el florecimiento. Están tan enamoradas, que casi componen una figura patética en el paisaje y teme uno que ni los pájaros, ni los viandantes las tomen en serio y les suceda como a los gigantes enamorados que pierden el tino y el peso.

La leña de estas encinas, y mira que el articulista ha encendido hogueras con ella y ha calentado y atizado con esta hoguera, nos ha vuelto a enriquecer. No me importa el anterior atice, lo que esperaba y añoraba ya es su chisporroteo y ya ha llegado.

Hoy he visto comportarse a todos, jugadores, equipo técnico y, fundamentalmente, aficionados como a esas criaturas ante las puertas del colegio, con la inquietud del primer día, la satisfacción de haberse reencontrado con los antiguos amigos contándoles éste tercer triunfo, esta primera victoria del 2012, como si fuese la primera conquista de un Río venido desde San Lucas hasta La Rambla. ¡Qué manera de saltar, qué manera de abrazarse con todo lo que se movía a su lado, qué manera de mandar y qué manera de desbordarse educadamente la de este Río que a punto ha estado de desbordarse de satisfacción!

Los Reyes Magos, a pesar de la crisis, ajustes, recortes, congelaciones y…penurias siguen siendo tres, como tres han podido ser los goles que el FC Cartagena pudo dejar en el mirador de la SD Huesca. Han sido dos, bien puestos están, y es que los de Oriente, como les pidió el Icue en su columna del pasado miércoles, siguen entre nosotros y partirán hacia Oriente más tarde de lo esperado intentando arreglar el desaguisado y estropicio que otros dejaron y proporcionar a los blanquinegros los puntos necesarios para su salvación y, fundamentalmente, poner orden en este club un tanto desorientado.

Luego, al terminar e irme contento, he querido, como todos los aficionados, guardar el momento, conservar el temblor, detener el fruto y quedarme para siempre bajo tanta gracia y brío. Pero las noches de invierno suelen destemplarse y no se puede prolongar el crepúsculo bajo una encina florecida. Vendrá el relente y nos herirá la espalda, no asustarse, no complacerse y no abandonar tanta hermosura a la noche, ha comenzado el chisporroteo ¡Ay, Ay, Ay.

Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce”. Dies 1/7: Ante diem septimum Idus Iuanuarias.
http://lamedusapaca.blogspot.com. En Twitter: @Logrocartg.

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