jueves. 25.04.2024
Carlos Sánchez | Periodista

Cuando fuimos los mejores

Me voy a remontar al lunes 15 de noviembre. Anteayer, como aquel que dice. El Cartagena venía de recibir tres goles en casa del Recreativo, en una tarde nefasta de fútbol, que no hizo sino confirmar que la defensa era uno de los grandes males del equipo: se encajaban demasiados...
Me voy a remontar al lunes 15 de noviembre. Anteayer, como aquel que dice. El Cartagena venía de recibir tres goles en casa del Recreativo, en una tarde nefasta de fútbol, que no hizo sino confirmar que la defensa era uno de los grandes males del equipo: se encajaban demasiados goles, sobre todo a balón parado. Aquellos puntos se presumían vitales, puesto que luego se recibiría al Betis y se viajaría hasta Valladolid. Todo era nerviosismo en el entorno, y se miraba más hacia abajo que hacia arriba. El futuro se auguraba con sufrimiento y penurias.

Ahora me voy a remontar al 10 de enero, muchísimo más cerca en el calendario. Una victoria con gol de Toché sobre el Salamanca colocaba al equipo cuarto. Una espléndida racha de siete partidos sin perder, cimentada sobre los goles del santomerano y una defensa reajustada, sonreía al equipo. Todos estábamos satisfechos y nadie se cuestionaba nada. Incluso se empezaba a fantasear con el ascenso directo. Nada se interpondría en el camino de un lanzado Efesé. Se había encontrado un sistema defensivo (con Botelho adelantado y Clavero en el lateral), unos jugadores, una llave con la que abrir los partidos. Cuando fuimos los mejores (casi) nadie se percató de que las rachas se acaban. “Lo malo de llevar una racha victorias tan larga es que cada vez se está más cerca de perder”.

Y se perdió, contra el Rayo Vallecano, justo el día en el que faltó Clavero y se tuvo que reajustar esa defensa. Y se volvió a perder, ante el Celta. Bueno, yo diría que aquello fue morir aplastado por una celeste apisonadora. Y otra vez más, ante el Xerez. 0 puntos de 9 posibles. 9 goles en contra y sólo uno a favor en tres partidos. Es decir, se han encajado muchos goles y se han realizado pocos. Es decir, se defiende mal y se ataca mal.

Se defiende mal cuando se ha tenido que probar otra defensa (incluso ante el Xerez, con Clavero ya recuperado, se introdujo una pieza nueva como Expósito) y se ataca mal cuando Longás está en su peor momento y se carece de delantero, por lesiones de Toché y Goiria. Desde la lesión de este último se vio que el Cartagena sufre sin un nueve de referencia. El esquema de Juan Ignacio no se sostiene cuando carece de punta nato. Y eso va a suponer un problema. Sobre todo cuando Longás, el mayor generador de juego que ha conocido el Cartagena, no está, ni mucho menos, como en la primera vuelta de la pasada campaña. Se nos lesionan los 'nueves' y nos rajan los centrales (Cala...). Cuando todo va mal, hasta 'nos crecen los enanos'.

Pero no me cabe duda de que son rachas. Igual que se cogió la positiva, se ha cogido la negativa y se volverá a coger la positiva. Sólo una clave: si la negativa no dura demasiado y la positiva se coge hacia diez partidos sobre el final, el Cartagena no se descolgará y jugará promoción de ascenso. Si la negativa se alarga demasiado, pues probablemente nos dará para mantenernos sin excesivos apuros. En esta Segunda División, ganar los últimos diez partidos es, casi, casi, sinónimo de conseguir los objetivos.

No hay que deseperar. Ni antes fuimos los mejores, ni ahora somos los peores. Paciencia y paso a paso, que no hay que olvidar de donde venimos tan fácilmente...

Cuando fuimos los mejores
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