9 de agosto de 2015, 10:53
GUILLERMO JIMÉNEZ
Para empezar el primer almíbar de un derbi, aunque fuese ligth y con mucho respeto en la grada como el de Pinatar Arena, lo degustó el Cartagena en medio del vendaval del sábado en la costa. Candelas, un chico de La Solana, de donde son magníficos melones, en el último penalti para desempatar lanzó un melonazo que valió la conquista del trofeo de la nueva televisión autonómica, con menos presupuesto pero con más ganas que la anterior tele, que solo daba los partidos de los del siempre y dejaba al maltrecho elenco albinegro y a su afición en ayunas. Con las nuevas políticas parece nos seguirán dando caramelos los jefes del grupo Secuoya.
Me daba el pálpito que este derbi veraniego, sin estar amañado, podía acabar en el obligado lanzamiento de penaltis para resolver. Era una corazonada mía. Y ya vimos, muchos desde la tranquilidad del hogar, que fueron necesarios 14 lanzamientos como otros tantos melonazos de La Solana, o de Torre Pacheco, que también salen buenos del Campo de Cartagena. Las pifias del torero nacido cerca de la Maestranza, Menudo, escapado de La Rioja, y el canario Ayoze en la ejecución del penalti, las superaron Jesús Limones y finalmente Candelas para que Visitación Martínez, la alcaldesa de Pinatar, le entregase al portero del Cartagena el trofeo, poniéndose de puntillas para besar al capitán provisional. Un trofeo que dio pie a la foto reconfortante y hermosa de un equipo exultante con el premio, hecho además una piña de conjunto en contraste con aquel equipo tesonero pero desarmado que parieron los de Sporto y que agonizaba hasta que llegaron los buenos de la película de terror a salvarlo.
De manera que Candelas, con su gol penaltiero, decisivo, puso el trofeo en manos del FC Cartagena. A medias con su paisano Limones. Castilla La Mancha al poder. Es lo segundo más importante que habrá hecho en su vida deportiva el chaval Alfonso Candelas, después de haber jugado con el Albacete un amistoso internacional en La Manga Club contra el Borussia Dortmund de Lewandoski.
Con resultados y con imágenes como las del sábado 8 de agosto en Pinatar Arena no hay campaña de abonados que se resista ni mercurio del termómetro del optimismo que no suba. Es la fiebre de ver este derbi ganado, si no por webos, sí por penaltis. El penalti de Candelas. Se prescindió de la prórroga creo que porque no se sabía si Eolo lo hubiese permitido con ese viento de muchísimos nudos dominando en el imperio de Mariano Sánchez que ya se ha extendido a Veneziola, La Manga más próxima a Pinatar, con un local de Magia y con clase, con aparcadero de yates al lado. Solo habría faltado, para dar rienda suelta a la felicidad ver a Falkentein correr la banda este sábado y quebrar en la escapada a tres o cuatro grana como casi quebraba la Bolsa cuando la prima de riesgo española horrorizada subía al ático de la desesperación financiera. Pero el tulipán Falky, con sus dedos del pie ya arreglados, que apareció poco en el partido, dará encuentros de gloria como los que vimos en sus vídeos de promoción.
Con dos mil o tres mil abonados más ante el comienzo de la Liga, más tres toques de fichajes prácticos para cerrar el cupo y la Carabela de Plata a conquistar el día 15 ante el 'Alba', la felicidad será total.
(Hoy domingo me he levantado optimista y creo que se me nota un poco).
