22 de enero de 2012, 1:26
Sin embargo, y en vísperas del inicio de la segunda vuelta, convendría recordar algunas de las cosas buenas que ha tenido este equipo en el que no ha sido todo tremendamente malo. Una pésima vuelta, de eso no hay lugar para la duda.
Pero también ha sabido rectificar en parte hasta el punto de recuperar el terreno perdido y situarse en posición de luchar, con todas las de la ley, para intentar la salvación. Los que ya ponían a este equipo en Segunda B se habrán dado cuenta de que no es así y que estaban equivocados.
Para ello conviene recordar que, desde las seis derrotas consecutivas en las seis primeras jornadas y que tanto daño han hecho, los blanquinegros sólo han perdido otros tres encuentros más. Desde el 1 de octubre, el último de aquella racha nefasta de seis tropiezos, el Cartagena solamente ha perdido otros tres encuentros, ante el Murcia en casa (1-2), en Vigo (1-0) y el 3-0 de Jerez.
Habrían sido unos números excelentes de no ser por los ocho empates que hay entre medio y de los que siete fueron sin goles. Nada menos que siete partidos sin goles. Una carestía cuyo precio ha sido el que ya sabéis, estar pegado a la cola como una lapa y casi sin posibilidad de reacción. Y a pesar de todo han podido salir. Un índice positivo, se mire como se mire.
El 3-1 frente al Recreativo supone también la mayor victoria en número de goles registrada en esta temporada. El Cartagena no había pasado del 0-2 en Girona o el 2-0 ante el Huesca o el apretado 2-1 frente al ‘Depor’. Y pare usted de contar.
Ahora, de golpe y porrazo, han caído tres goles como tres soles ante El Decano que invitan al optimismo, no hay duda, pero también teniendo los pies en el suelo. Si antes, con el equipo casi enterrado por muchos, pedíamos tranquilidad y confianza, ahora nos gustaría un poco de tranquilidad y no repicar las campanas porque la reuperación sólo acaba de empezar y queda la mitad del duro camino por recorrer. Aunque ahora sólo cabe en mantener la remontada.
Pero también ha sabido rectificar en parte hasta el punto de recuperar el terreno perdido y situarse en posición de luchar, con todas las de la ley, para intentar la salvación. Los que ya ponían a este equipo en Segunda B se habrán dado cuenta de que no es así y que estaban equivocados.
Para ello conviene recordar que, desde las seis derrotas consecutivas en las seis primeras jornadas y que tanto daño han hecho, los blanquinegros sólo han perdido otros tres encuentros más. Desde el 1 de octubre, el último de aquella racha nefasta de seis tropiezos, el Cartagena solamente ha perdido otros tres encuentros, ante el Murcia en casa (1-2), en Vigo (1-0) y el 3-0 de Jerez.
Habrían sido unos números excelentes de no ser por los ocho empates que hay entre medio y de los que siete fueron sin goles. Nada menos que siete partidos sin goles. Una carestía cuyo precio ha sido el que ya sabéis, estar pegado a la cola como una lapa y casi sin posibilidad de reacción. Y a pesar de todo han podido salir. Un índice positivo, se mire como se mire.
El 3-1 frente al Recreativo supone también la mayor victoria en número de goles registrada en esta temporada. El Cartagena no había pasado del 0-2 en Girona o el 2-0 ante el Huesca o el apretado 2-1 frente al ‘Depor’. Y pare usted de contar.
Ahora, de golpe y porrazo, han caído tres goles como tres soles ante El Decano que invitan al optimismo, no hay duda, pero también teniendo los pies en el suelo. Si antes, con el equipo casi enterrado por muchos, pedíamos tranquilidad y confianza, ahora nos gustaría un poco de tranquilidad y no repicar las campanas porque la reuperación sólo acaba de empezar y queda la mitad del duro camino por recorrer. Aunque ahora sólo cabe en mantener la remontada.
