11 de diciembre de 2010, 1:00
Uno de los conceptos políticos que más me han llamado la atención de siempre, por sus contradicciones implícitas ya desde el mismo término que le da nombre, es el del 'despotismo ilustrado'. Resumo rápidamente lo que dice esta doctrina para que nadie se aburra. Surgida en el siglo XVII, reconocía y concentraba el poder en una sola persona, el rey, que ejercía a modo de dictador. Pero, y he aquí la contradicción, respondía a las ideas ilustradas, tan de moda por aquella época, de regirse por la razón para tomar las mejores decisiones para el país al que se gobernaba. De ahí el lema de “todo por el pueblo, pero sin el pueblo”. Uno de sus principales valedores fue el rey Luis XV de Francia.
¿Y qué tiene que ver todo esto con Paco Gómez y el FC Cartagena? Pues que el dueño del club ha creado, al parecer, un nuevo concepto: 'el despotismo esotérico'. Dejando intacta la primera parte – ya saben, poder concentrado en una sola persona que ejerce prácticamente sin dejarse asesorar por nadie -, aparta las ideas ilustradas como base para tomar sus decisiones y toma lo esotérico como método válido. Al menos, eso se deduce de las informaciones que van apareciendo en diversos medios.
Esotérico, según la definición del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española es, en su primera acepción, algo “oculto, reservado”. Y desde luego no hay mejor definición para el modo de gobierno del señor Francisco Gómez, porque nadie conoce las verdaderas razones de los despidos de Javier Rufete y de David Buitrago, ya sean estas por cuestiones de brujería, de energías, o por asuntos más cotidianos y terrenales. Lo que no es nada bueno es el halo de oscurantismo y desinformación que rodea a los temas más básicos del club.
¿Qué cuesta salir y decir – aunque sea mentira – que despides a Buitrago porque crees que se ha acabado su ciclo y quieres probar con algo nuevo? ¿O qué cuesta salir y desvelar la verdadera razón? Con el silencio sólo está dando pie a que las especulaciones y los rumores se disparen. Y no sólo aquí, sino también a nivel nacional. La imagen que se está dando del Cartagena – club – y de Cartagena – ciudad, de manera indirecta – hacia el resto de España es pésima, casposa y rozando el límite del 'frikismo'.
Señor Gómez, permítame que me dirija a usted personalmente. Por favor, arroje algo de luz sobre el tema, y no dé más pie a conjeturas. Saldrá ganando usted en primer lugar y, después, todos aquellos que rodeamos al club, ya seamos aficionados, prensa o meros ciudadanos de Cartagena. No permitamos que esto sea la comidilla de la Liga Adelante y zanje el tema. En su mano está.
¿Y qué tiene que ver todo esto con Paco Gómez y el FC Cartagena? Pues que el dueño del club ha creado, al parecer, un nuevo concepto: 'el despotismo esotérico'. Dejando intacta la primera parte – ya saben, poder concentrado en una sola persona que ejerce prácticamente sin dejarse asesorar por nadie -, aparta las ideas ilustradas como base para tomar sus decisiones y toma lo esotérico como método válido. Al menos, eso se deduce de las informaciones que van apareciendo en diversos medios.
Esotérico, según la definición del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española es, en su primera acepción, algo “oculto, reservado”. Y desde luego no hay mejor definición para el modo de gobierno del señor Francisco Gómez, porque nadie conoce las verdaderas razones de los despidos de Javier Rufete y de David Buitrago, ya sean estas por cuestiones de brujería, de energías, o por asuntos más cotidianos y terrenales. Lo que no es nada bueno es el halo de oscurantismo y desinformación que rodea a los temas más básicos del club.
¿Qué cuesta salir y decir – aunque sea mentira – que despides a Buitrago porque crees que se ha acabado su ciclo y quieres probar con algo nuevo? ¿O qué cuesta salir y desvelar la verdadera razón? Con el silencio sólo está dando pie a que las especulaciones y los rumores se disparen. Y no sólo aquí, sino también a nivel nacional. La imagen que se está dando del Cartagena – club – y de Cartagena – ciudad, de manera indirecta – hacia el resto de España es pésima, casposa y rozando el límite del 'frikismo'.
Señor Gómez, permítame que me dirija a usted personalmente. Por favor, arroje algo de luz sobre el tema, y no dé más pie a conjeturas. Saldrá ganando usted en primer lugar y, después, todos aquellos que rodeamos al club, ya seamos aficionados, prensa o meros ciudadanos de Cartagena. No permitamos que esto sea la comidilla de la Liga Adelante y zanje el tema. En su mano está.
