9 de marzo de 2012, 10:59
El Collao es para los cartageneristas un campo incrustado en la historia desde que en mayo de 2009 se logró allí un ascenso en el último suspiro con pacífica invasión de campo y Herminio, que retransmitía para la Ser con un equipo de colaboradores en el que se hallaba servidor, se desgañitaba cantando el gol de Juan Pablo.
En este próximo caso no se va a dirimir un salto de categoría pero sí un tanto por ciento importante de las posibilidades de permanencia en Segunda, que equivale a una dosis de reconstituyente para no bajar.
El partido no es decisivo, no es una final pero tiene visos de poder decidir a corto o medio plazo. Es un eslabón más pero más importante que el anterior. Cada jornada que pasa el guión de la película de este tormento aprieta más y refuerza el nudo en la garganta. Para oxigenar la situación el Cartagena necesita devolverle la pelota a los alcoyanistas de aquel extraño triunfo en el partido de la primera vuelta, disputado por accidente de programación en un patatal. En los cotejos de fuerzas y de números al final puede ser decisivo el ‘goal average’. Ojo.
De nuevo el equipo de Carlos Ríos necesita tomar confianza y nada mejor que un éxito en Alcoy en una jornada de buenas migas en la grada y mejor rollito. Una buena comida conjunta terminada con una copa (una sola) del famoso 'café-licor', y todos contentos. La amistad entre las aficiones se fomenta y se sostiene. Ocurre igual entre Elche y Cartagena. Es la mejor fórmula para que se demuestre que el fútbol debe unir y no poner a los seguidores con el hacha en la mano y las pinturas de guerra en el rostro. Ya en el campo de juego que cada cual se las busque como sepa o como pueda.
Cada uno jugará sus bazas. Para los albinegros lo es la inseguridad del Alcoyano en su casa. Irregularidad que se manifiesta venciendo a un Deportivo de La Coruña por 2-0 y más tarde al perder por 0-3 frente al Huesca. No sé hasta qué punto será clave la ausencia del meta titular Fernando Maestro, pero a priori no favorece al conjunto de David Porras, el ayudante de Paco López en el banquillo hace menos de un año. A Porras le tocó ascender en solitario y tuvo la gallardía de reconocer los méritos del entrenador valenciano de Silla, que después no pudo triunfar en Cartagena y ha sido el primero de los dos preparadores defenestrados por Paco Gómez esta campaña.
También el Cartagena por lo que representa la ausencia del talismán Mariano Sánchez, lesionado, podría ser un peso adverso, en teoría. Mas habrá que aguardar la realidad de un encuentro que se adivina de rompe y rasga, incierto, tal vez vibrante y de marcador incierto hasta el final. De la calidad no escribo. La calidad es como la guinda en la cumbre de la tarta. En estos momentos es mucho pedir a los dos equipos, más atentos a actuar a lo práctico que en busca del ‘jogo bonito’.
En este próximo caso no se va a dirimir un salto de categoría pero sí un tanto por ciento importante de las posibilidades de permanencia en Segunda, que equivale a una dosis de reconstituyente para no bajar.
El partido no es decisivo, no es una final pero tiene visos de poder decidir a corto o medio plazo. Es un eslabón más pero más importante que el anterior. Cada jornada que pasa el guión de la película de este tormento aprieta más y refuerza el nudo en la garganta. Para oxigenar la situación el Cartagena necesita devolverle la pelota a los alcoyanistas de aquel extraño triunfo en el partido de la primera vuelta, disputado por accidente de programación en un patatal. En los cotejos de fuerzas y de números al final puede ser decisivo el ‘goal average’. Ojo.
De nuevo el equipo de Carlos Ríos necesita tomar confianza y nada mejor que un éxito en Alcoy en una jornada de buenas migas en la grada y mejor rollito. Una buena comida conjunta terminada con una copa (una sola) del famoso 'café-licor', y todos contentos. La amistad entre las aficiones se fomenta y se sostiene. Ocurre igual entre Elche y Cartagena. Es la mejor fórmula para que se demuestre que el fútbol debe unir y no poner a los seguidores con el hacha en la mano y las pinturas de guerra en el rostro. Ya en el campo de juego que cada cual se las busque como sepa o como pueda.
Cada uno jugará sus bazas. Para los albinegros lo es la inseguridad del Alcoyano en su casa. Irregularidad que se manifiesta venciendo a un Deportivo de La Coruña por 2-0 y más tarde al perder por 0-3 frente al Huesca. No sé hasta qué punto será clave la ausencia del meta titular Fernando Maestro, pero a priori no favorece al conjunto de David Porras, el ayudante de Paco López en el banquillo hace menos de un año. A Porras le tocó ascender en solitario y tuvo la gallardía de reconocer los méritos del entrenador valenciano de Silla, que después no pudo triunfar en Cartagena y ha sido el primero de los dos preparadores defenestrados por Paco Gómez esta campaña.
También el Cartagena por lo que representa la ausencia del talismán Mariano Sánchez, lesionado, podría ser un peso adverso, en teoría. Mas habrá que aguardar la realidad de un encuentro que se adivina de rompe y rasga, incierto, tal vez vibrante y de marcador incierto hasta el final. De la calidad no escribo. La calidad es como la guinda en la cumbre de la tarta. En estos momentos es mucho pedir a los dos equipos, más atentos a actuar a lo práctico que en busca del ‘jogo bonito’.
