jueves. 25.04.2024

El equipo Candy Crush

 GUILLERMO MONTOYA @Guille_Mon Feliz año 2016 queridos lectores. Hemos empezado igual que acabamos el anterior, así que no podemos estar contentos aunque hayamos jugado en Lepe.  A falta de un buen resultado solo nos queda ponerle un poco de humor al asunto. El mejor chiste de leperos es el que dice:   Se estrella...

 GUILLERMO MONTOYA @Guille_Mon

Feliz año 2016 queridos lectores. Hemos empezado igual que acabamos el anterior, así que no podemos estar contentos aunque hayamos jugado en Lepe. 

A falta de un buen resultado solo nos queda ponerle un poco de humor al asunto. El mejor chiste de leperos es el que dice:
 
Se estrella un helicóptero en el cementerio de Lepe y a las dos horas llaman desde Madrid para evaluar el número de víctimas mortales.
 
-Buenos días. Llamamos desde el centro de coordinación para saber cómo van las labores de rescate.
-Aquí el alcalde. Es un desastre. Hemos encontrado 5000 cadáveres...

Pésimo resultado para un equipo que empezó muy bien, dominó y se puso por delante. Pero creo que en nuestras mentes aparecían las imágenes de otros tantos partidos que habían comenzado igual y terminaron mal. Sabe a derrota. Es igual que una partida de Candy Crush. Todos los días tiras la ruleta esperando que te toque el premio gordo, que sabes que es imposible, y te conformas con los normales. Los normales son buenos para algunas fases del juego aunque nunca suficientes del todo ya que siempre queremos más. Queremos más, es evidente, ya que vemos que podemos tener más.

Una vez que has superado una pantalla, en la que te puedes quedar mucho tiempo estancado, coges carrerilla hasta que te vuelves a estancar. El equipo la cogió y se ha vuelto a frenar. Y lo hace él solo, sin necesidad de ayuda. Necesita que alguien le mande vidas y movimientos adicionales. Necesita que pase algo. El juego te dice que volverás a estancarte otra vez y puedes pensar que no te preocupa ya que es parte de la diversión. Hay gente más arriba que avanza y te deja atrás. Y no los podrás alcanzar. Hay mucha competencia y siempre queremos superar rivales. No nos han prometido nada, es cierto, pero estamos desaprovechando muchas oportunidades. Nadie regala nada.

Nadie regala nada pero en el Candy necesitamos la ayuda de los rivales. Necesitamos sus vidas en muchas ocasiones para avanzar. El problema está en dar más vidas de las que recibimos y las damos sin parar. No sé la estadística de puntos perdidos tras ir ganando partidos muy bien encarrilados. Lo que sí sabemos es que es una constante. Regalamos muchas vidas y no es bueno, ya que los rivales las saben aprovechar muy bien. El juego es bueno y los resultados son malos. Y te cabreas más y más. ¿Qué podemos hacer? Al final no es más que un juego, es verdad, así que depende del enfoque personal de cada participante. No creo que Franco Battiato sea aficionado de Candy por lo que canta en "El juego ha terminado”:

El juego ha terminado en la noche oscura.
 Yo llamo a tu puerta. Cuando llego a la etapa egoísta disfruto de un cierto placer,
pero a veces siento un vago temor que no puedo describir. A donde nos estamos dirigiendo en la sucesión del tiempo, ¿tendrás un proyecto, o no, para tu vida?... vamos...
 
Disfruten de los placeres del fútbol y no paren de mandar vidas...


 

El equipo Candy Crush
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