12 de julio de 2010, 2:00
Ha sucedido un once de julio, en Johannesburgo, a las veintitrés horas y un minuto contemplándolo entre Santiago de la Ribera y Johannesburgo y en el estadio Soccer City: Holanda 0-España 1, por tanto, ESPAÑA CAMPEONA DEL MUNDO.
Vivir para disfrutar de un MUNDIAL es excepcional pero si, además, se disfruta y se vive en la playa es un añadido de excelencia difícil de superar y más viendo llorar a nuestros titanes, especialmente a Casillas y llorando con ellos.
Jamás había presenciado nada igual disfrutando del deporte que me apasiona y de las caricias marineras de este mar tan pequeño pero tan grande, tan poco profundo pero tan hondo para cubrir, bañando, todos los deseos de los que a él recurrimos.
Es el MAR MENOR, mayor en prioridades y regalías para la salud, el divertimento y el descanso en el que, los venidos de todos los confines de la Iberia, jamás nos cansamos de acudir para contarle nuestras cuitas y sanarnos de nuestros suplicios.
Cacé lo que voy a contar, después del partido contra Alemania, en la playa del Castillico, tomándome una cervecica fresca, fresquita y espumosa, bien tirada y servida por una rubia muchacha búlgara llamada Dania.
Me cuentan que en este Kiosco “Loli”, chiringuito o lo que sea, los de costas no nos lo aclaran, es donde se refrescan, este año todavía no han aparecido, esos dos muchachos de la información televisiva que la pasada temporada han visitado el Cartagonova en numerosas ocasiones, está por ver en cuántas lo hacen la que viene, y que dicen llamarse Raúl y Maldini.
Bueno, en esas estaba cuando se me acercó un hombre, lo llamaré el hombre de las dobles gafas oscuras al llevarlas superpuestas, unas, las de ver, debajo y las oscurecidas, para ocultar el sol, arriba o encima de estas. Este es un tipo inmensamente grande, alto, grueso y cervecero y rubio él. Supuse que era germánico, quiso abrazarme y lo rechacé preservándome para que no me aplastara ofreciéndole mi mano que, al apretármela, casi me estrangula el brazo, hay que joderse lo que son estos alemanes del Rhin.
Me explicó que ese querer abrazarme y ese apretón de manos era para felicitarme al haber derrotado la furia española, aderezada con finura y mechada con jabugo, a su disciplinada y cuadriculada Selección Germánica. Se lo agradecí y le convidé a una JARRA, ¡qué jarra, de cerveza, se bebió el teutón! Entre sorbo y sorbo, rápidos para que no se calentara, me dió una magistral lección de fútbol como jamás había escuchado y me proporcionó las ocho claves por las que España se iba a proclamar campeona del mundo en Sudáfrica y, cómo se han cumplido, se las cuento:
PRIMERA:
España al poseer un corazón de león y cabeza de oro ha hecho que Luis Aragonés, Diego Armando Maradona y hasta un vejestorio Bujadin Boscov, aquel de “fútbol es fútbol”, y algunos periodistas ¿pata negra? hayan entregado la cuchara, tengan que rendirle pleitesía a nuestro seleccionador y seleccionados y huir raudos, con eso, entre las piernas.
SEGUNDA:
Que nuestra, vuestra, suya SELECCIÓN ha sido un conjunto de Hombres con cara de niños, niños que han jugado y aguantado hasta la prorroga, no queriendo los penaltis como unos gigantes y, como todos los niños, echaron borrones egoístas con grandeza, ilusiones y sueños infantiles.
TERCERA:
Estos colosos desde el principio han llenado, dulcemente, hasta la bandera todos los recintos y espacios abiertos de pueblos y ciudades, mogollón de personal, siendo todo, todo y toda España una fantástica y bullente cazuela, en un improvisado corral, con miles de jocundas españolas y retozones españolitos vestidos a la sazón, o sea, con gracia y donaire. Geniales. Señoras y señores, qué pedazo de afición. ¡Español, español, español!
CUARTA:
¡ Pedro-Roberto!, lanza el hombre de las dobles gafas oscuras, usted que ha tratado, durante la mayor tajada de su vida, con jóvenes, y estos nuestros jugadores lo son, deberá comprenderlos como seres audaces, rebeldes y descarados y pillos tanto que, si los fotografío con una mochila al hombro, todos se le van a presentar como universitarios y pícaros tunos.
QUINTA:
Las vuvucelas, asombradas, perplejas, cansadas y rendidas han dejado de hacer ruido dando paso a las castañuelas que son más nuestras, apagando hasta el bombo de España que ya no suena. Ya no hay ni leones, ni tigres ni felinos de mirada peligrosa, ni naranjas mecánicas preparadas para echarnos del campo a patadas, todos han quedado hipnotizados por los nuestros y lo que unos vaticinaron como farsa se ha convertido en algo fehaciente. ¡Ay, Ay reporteros y voceros de las ondas!
SEXTA:
El fútbol no nos dió a los hispánicos, como deseaban algunos, una puñalada trapera en todos los bajos, ese tipo de navajazo que no es mortal pero que duele y deja manchado todo el ajuar de sangre. El fútbol caprichoso le dió un patadón en sus partes a la soberbia de Argentina a la grandeza de Francia, al malabarismo y juego bonito de Brasil, a la disciplina germánica y a la sucia Tulipanesca. NUESTRA SELECCIÓN ha proporcionado a todos sus aficionados ser los dueños del Universo Futbolístico y CAMPEONES DEL MUNDO MUNDIAL. ¡Entérate forastero!
SEPTIMA:
El SELECIONADOR DEL BOSQUE, sacando el máximo provecho de sus jugadores, después del partido contra Suiza, impartió la orden de ponerse en pie y ganar y, como le hicieron caso, el salmantino sirve, me pongo de pie, brindo con un gran reserva de cualquier tierra de La Iberia y bebo a su salud una copa del exquisito néctar de Baco.
OCTAVA:
Visto lo visto y disfrutado lo disfrutado, en vista de su inutilidad, me aconsejó no hacer caso, jamás, de las advertencias sermoneadas de que el fútbol es opio p´al pueblo, porque he observado que, las elites pensantes, se han puesto a fumarlo a bocanadas. ¿El pleistoceno?, bien gracias.
Me llegan noticias de mi Rioja natal, que a Fernando Llorente, aun jugando sólo unos minutos, le espera una buena, como esas que saben preparar los paisanos de Rincón de Soto. Ha surgido la “lorentemania”. Ya lo veis, majos, nos pongamos como nos pongamos, hasta en las pequeñas regiones aparecen hombres grandiosos.
Adiós amigos lectores, me despido, temporalmente, porque, aunque jubilado, tengo el derecho a descansar y el deber de atender, fundamentalmente, a los nietos, familia y amigos.
Que pasen ustedes unas buenas vacaciones. No dejen de leernos. Les garantizo que la segunda quincena de Julio y Agosto, deportivamente, van a estar absolutamente cautivadores. Adiós, hasta los primeros días de Agosto, si me lo permiten y si Dios quiere, y ya saben, no tengan miedo.
Pedro-Roberto J.P. hoy en un Lugar, con encanto, del Mar Menor. Dies7/11: ante diem quintum Idus Iulias.
Vivir para disfrutar de un MUNDIAL es excepcional pero si, además, se disfruta y se vive en la playa es un añadido de excelencia difícil de superar y más viendo llorar a nuestros titanes, especialmente a Casillas y llorando con ellos.
Jamás había presenciado nada igual disfrutando del deporte que me apasiona y de las caricias marineras de este mar tan pequeño pero tan grande, tan poco profundo pero tan hondo para cubrir, bañando, todos los deseos de los que a él recurrimos.
Es el MAR MENOR, mayor en prioridades y regalías para la salud, el divertimento y el descanso en el que, los venidos de todos los confines de la Iberia, jamás nos cansamos de acudir para contarle nuestras cuitas y sanarnos de nuestros suplicios.
Cacé lo que voy a contar, después del partido contra Alemania, en la playa del Castillico, tomándome una cervecica fresca, fresquita y espumosa, bien tirada y servida por una rubia muchacha búlgara llamada Dania.
Me cuentan que en este Kiosco “Loli”, chiringuito o lo que sea, los de costas no nos lo aclaran, es donde se refrescan, este año todavía no han aparecido, esos dos muchachos de la información televisiva que la pasada temporada han visitado el Cartagonova en numerosas ocasiones, está por ver en cuántas lo hacen la que viene, y que dicen llamarse Raúl y Maldini.
Bueno, en esas estaba cuando se me acercó un hombre, lo llamaré el hombre de las dobles gafas oscuras al llevarlas superpuestas, unas, las de ver, debajo y las oscurecidas, para ocultar el sol, arriba o encima de estas. Este es un tipo inmensamente grande, alto, grueso y cervecero y rubio él. Supuse que era germánico, quiso abrazarme y lo rechacé preservándome para que no me aplastara ofreciéndole mi mano que, al apretármela, casi me estrangula el brazo, hay que joderse lo que son estos alemanes del Rhin.
Me explicó que ese querer abrazarme y ese apretón de manos era para felicitarme al haber derrotado la furia española, aderezada con finura y mechada con jabugo, a su disciplinada y cuadriculada Selección Germánica. Se lo agradecí y le convidé a una JARRA, ¡qué jarra, de cerveza, se bebió el teutón! Entre sorbo y sorbo, rápidos para que no se calentara, me dió una magistral lección de fútbol como jamás había escuchado y me proporcionó las ocho claves por las que España se iba a proclamar campeona del mundo en Sudáfrica y, cómo se han cumplido, se las cuento:
PRIMERA:
España al poseer un corazón de león y cabeza de oro ha hecho que Luis Aragonés, Diego Armando Maradona y hasta un vejestorio Bujadin Boscov, aquel de “fútbol es fútbol”, y algunos periodistas ¿pata negra? hayan entregado la cuchara, tengan que rendirle pleitesía a nuestro seleccionador y seleccionados y huir raudos, con eso, entre las piernas.
SEGUNDA:
Que nuestra, vuestra, suya SELECCIÓN ha sido un conjunto de Hombres con cara de niños, niños que han jugado y aguantado hasta la prorroga, no queriendo los penaltis como unos gigantes y, como todos los niños, echaron borrones egoístas con grandeza, ilusiones y sueños infantiles.
TERCERA:
Estos colosos desde el principio han llenado, dulcemente, hasta la bandera todos los recintos y espacios abiertos de pueblos y ciudades, mogollón de personal, siendo todo, todo y toda España una fantástica y bullente cazuela, en un improvisado corral, con miles de jocundas españolas y retozones españolitos vestidos a la sazón, o sea, con gracia y donaire. Geniales. Señoras y señores, qué pedazo de afición. ¡Español, español, español!
CUARTA:
¡ Pedro-Roberto!, lanza el hombre de las dobles gafas oscuras, usted que ha tratado, durante la mayor tajada de su vida, con jóvenes, y estos nuestros jugadores lo son, deberá comprenderlos como seres audaces, rebeldes y descarados y pillos tanto que, si los fotografío con una mochila al hombro, todos se le van a presentar como universitarios y pícaros tunos.
QUINTA:
Las vuvucelas, asombradas, perplejas, cansadas y rendidas han dejado de hacer ruido dando paso a las castañuelas que son más nuestras, apagando hasta el bombo de España que ya no suena. Ya no hay ni leones, ni tigres ni felinos de mirada peligrosa, ni naranjas mecánicas preparadas para echarnos del campo a patadas, todos han quedado hipnotizados por los nuestros y lo que unos vaticinaron como farsa se ha convertido en algo fehaciente. ¡Ay, Ay reporteros y voceros de las ondas!
SEXTA:
El fútbol no nos dió a los hispánicos, como deseaban algunos, una puñalada trapera en todos los bajos, ese tipo de navajazo que no es mortal pero que duele y deja manchado todo el ajuar de sangre. El fútbol caprichoso le dió un patadón en sus partes a la soberbia de Argentina a la grandeza de Francia, al malabarismo y juego bonito de Brasil, a la disciplina germánica y a la sucia Tulipanesca. NUESTRA SELECCIÓN ha proporcionado a todos sus aficionados ser los dueños del Universo Futbolístico y CAMPEONES DEL MUNDO MUNDIAL. ¡Entérate forastero!
SEPTIMA:
El SELECIONADOR DEL BOSQUE, sacando el máximo provecho de sus jugadores, después del partido contra Suiza, impartió la orden de ponerse en pie y ganar y, como le hicieron caso, el salmantino sirve, me pongo de pie, brindo con un gran reserva de cualquier tierra de La Iberia y bebo a su salud una copa del exquisito néctar de Baco.
OCTAVA:
Visto lo visto y disfrutado lo disfrutado, en vista de su inutilidad, me aconsejó no hacer caso, jamás, de las advertencias sermoneadas de que el fútbol es opio p´al pueblo, porque he observado que, las elites pensantes, se han puesto a fumarlo a bocanadas. ¿El pleistoceno?, bien gracias.
Me llegan noticias de mi Rioja natal, que a Fernando Llorente, aun jugando sólo unos minutos, le espera una buena, como esas que saben preparar los paisanos de Rincón de Soto. Ha surgido la “lorentemania”. Ya lo veis, majos, nos pongamos como nos pongamos, hasta en las pequeñas regiones aparecen hombres grandiosos.
Adiós amigos lectores, me despido, temporalmente, porque, aunque jubilado, tengo el derecho a descansar y el deber de atender, fundamentalmente, a los nietos, familia y amigos.
Que pasen ustedes unas buenas vacaciones. No dejen de leernos. Les garantizo que la segunda quincena de Julio y Agosto, deportivamente, van a estar absolutamente cautivadores. Adiós, hasta los primeros días de Agosto, si me lo permiten y si Dios quiere, y ya saben, no tengan miedo.
Pedro-Roberto J.P. hoy en un Lugar, con encanto, del Mar Menor. Dies7/11: ante diem quintum Idus Iulias.
