Un artículo de opinión de CARLOS SÁNCHEZ (@charlidsg)
El ambiente tras el empate de este domingo ante el Linares y con un hombre menos durante más de 50 minutos no era el mejor entre los aficionados cartageneristas. Al menos, por lo que pude pulsar a través de la red social twitter. Los seguidores que mostraban su opinión dejaban a las claras el malestar por los resultados de un equipo que juega bien, pero que no es capaz de concretar eso en victorias.
Es evidente que la cabeza de la clasificación se aleja cada vez más, y se corre el riesgo de quedarse sin objetivo a falta de varios meses de competición. Sería sin duda una mala noticia. Pero ese enfado de los seguidores demuestra que, pese a todo, la mayoría esperaba un equipo de playoff mínimo. Yo, sin embargo, desde el inicio tenía otra expectativa bien diferente para esta campaña.
Porque este año, interpretado como el primero de un proyecto duradero, no está resultando tan malo. A nivel de juego, el Cartagena de esta campaña raya a la altura de los mejores del grupo, lo cual quiere decir que existe una buena base. Las carencias en el gol y en la veteranía para cerrar partidos en los que vas ganando son aspectos solucionables acudiendo al mercado de fichajes este verano. La prioridad no debería estar en clasificarse para el playoff sí o sí. La prioridad en junio debe ser tener el concurso de acreedores encauzado, establecer de una vez por todas un organigrama serio de trabajo con el fútbol base y renovar a los principales futbolistas de esta plantilla. Víctor también está teniendo un año de aprendizaje y estoy seguro de que en la 16/17 será un entrenador mucho mejor.
La próxima campaña, una vez conseguido todo esto, y acertando con los fichajes que lleguen, ya sí se podrá hablar de un candidato serio a pelear por el ascenso, y habrá que establecer a esa altura el listón de la exigencia. Mientras tanto se trata de comprender el contexto en el que se mueve el club desde hace unos años y que, por desgracia, la actual plantilla no está acertada de cara a portería. Hablar ahora mismo del playoff como objetivo resulta una quimera. Entrar en puestos de Copa del Rey ya sería un importante botín.
Lo peor de esta lectura es el riesgo de perder el efecto gaseosa entre los aficionados, que se ilusionaron rápidamente al principio de la campaña. Quedarse sin un objetivo jugoso podría hacer perder una cierta parte de los seguidores que, hasta ahora, han dado una muy buena respuesta en los partidos en el Cartagonova. Pero, al igual que en el plano institucional el club está sufriendo transformaciones, ya es hora de que la masa social dé un paso adelante y ofrezca su apoyo incondicional. Al Oviedo le costó más de una década volver a Segunda, el Cádiz va ya por seis años en 2ªB, y sus aficiones siempre estuvieron y están a su lado. Ahora solo falta decidir lo que queremos ser.
