4 de marzo de 2014, 10:25
Es un gerundio que lleva adosada la esperanza, la inquietud, la duda, la expectativa. Esperando. Eso es lo que hace la familia del FC Cartagena en esta etapa de transición en la que casi todos los afectados coinciden en considerar que la marcha de
Paco Gómez es la mejor lotería que puede tocar en estos momentos.
Lamentablemente quien iba camino de merecer un monumento en un lugar noble de la ciudad trimilenaria por los problemas que resolvió al emplear su dinero como salvavidas del solar del Cartagena que dejó
Luis Oliver y su compañía teatral, después torció su camino y demostró con su cadena de despropósitos que es lógico que nadie o casi nadie en la Cartagena futbolística le dé un aprobado por los pelos. Todos le hemos dado calabazas al de Jacarilla.
De antemano voy a dar las gracias a los que van a relevar a Paco Gómez y renuncio a la medalla de ser el primero en dar la identidad de los nuevos dueños. Que se la cuelguen otros. Me da igual. Quiero eso sí desearles acierto y suerte. Con la seguridad de que a poco hagan con coherencia el desarrollo de su hoja de ruta el éxito
no tardará en llegar. Entretanto sigue vigente la cláusula confidencialidad. Vamos a respetarla.
Otra cosa es que
"no me consta".
