viernes. 29.03.2024

El éxito une y el fracaso separa

Qué verdad que es. El éxito une y el fracaso separa. Este lunes lo escuché no sé bien dónde. Pero es cierto. Parece que fue ayer cuando vivíamos el sueño de un ascenso que tardó 21 años en llegar. Todo era maravilloso, los futbolistas sensacionales, el entrenador y hasta al...

Qué verdad que es. El éxito une y el fracaso separa. Este lunes lo escuché no sé bien dónde. Pero es cierto. Parece que fue ayer cuando vivíamos el sueño de un ascenso que tardó 21 años en llegar. Todo era maravilloso, los futbolistas sensacionales, el entrenador y hasta al mismísimo Paco Gómez habría encontrado sin grandes dificultades a gente dispuesta para hacerle una estatua en la puerta del Estadio. Hasta el Tato llegó a cantar el ‘murciano el que no bote’ que conmovió los cimientos una vez pasado el puerto de la Cadena y que aún no han olvidado.

Poco más de dos años han pasado de aquello y parece que fue hace cuarenta. Por lo menos. Después de una temporada brillante como ninguna otra y de un juego rozando la perfección con partidos imborrables como el del Benito Villamarín o aquellos otros contra el Numancia, el 1-4 de Murcia, el 3-5 del Levante en el Cartagonova que fue decisivo o incluso el tenso 0-0 ante el Hércules que, de haber marcado el negrito Quintero otro gallo habría cantado.

Lejos queda también una segunda campaña, la del pasado año que bastante menos brillante pero buena también en la balanza aunque… si quedan más jornadas el equipo habría acabado pasándolo mal. Pero en fin, la daría por buena también, sobre todo si la comparamos con esta de ahora, un desastre en términos generales en la que parece que no vale nada, que los futbolistas son los peores del mundo y que el equipo está descendido desde que Quirantes fue presentado como nuevo director deportivo en el mes de mayo y en lo que pareció más un juicio sumarísimo con pelotón de fusilamiento incluido que una presentación cualquiera.

El éxito unía. Una buena cola siempre une pero aquellas de aficionados albinegros unían más. Aquellas madrugadas en vela esperando a que se abrieran las taquillas. Y no hablemos de unos futbolistas capaces de haber jugado la UEFA si se lo hubieran propuesto. Poco importaba los ‘petardos’ de fichaje que se hicieron con el ‘Lobo Vigil, o el de Balboa, o aquellos de los que casi ni me acuerdo como Schmoller, el ‘raftafari’ aquel de Ryga o el indisciplinado y pasota de José Carlos al que JIM condenó al ostracismo (estos tres en el mercado de invierno del pasado año). La afición estaba unida. El éxito unía.

La pasada campaña todo fue a menos y Juan Ignacio Martínez el primero. Pero también daba igual. Lo que importa ahora es que el fracaso desune, separa. Y eso no es bueno. La situación es la que es, esto es lo que toca y así habrá que afrontarlo. Es verdad que si este año se pudieran echar a un montón de futbolistas Paco Gómez sería el primero en dar la boleta a unos cuantos. La gente no va al fútbol como antes, el pasado sábado hasta 500 abonados se quedaron compuestos y en casa, al amparo de una buena tele y un asiático reparador. Goles son goles y si no los hay (que no los hay) la solución es quedarse en casa.

Yo sé que faltan muchas cosas, que el equipo tiene 11 puntos, que no marca goles, que no genera ocasiones, lo de las seis derrotas consecutivas. Pero también he visto a equipos en estas o circunstancias muy parecidas, que se han salvado. Que es posible, caramba y que puede conseguirse. A lo mejor voy contra corriente, pero hay que luchar. Rendirse jamás.

El Cartagena tiene cuerda aún, al menos por ahora. Y todo lo que suponga el dividir las fuerzas será malo para todos, empezando por el equipo. Pero también para la afición. Y para la propia ciudad. Lo he dicho en La Tertulia de Popular TV con mis amigos Vicente L. Cánovas, Felipe Meseguer, José Otón y José Miguel Campos, ex entrenador del Murcia ahora en paro y lo digo aquí también, que no contribuiremos ni a la desgana ni al desánimo y mantendremos la ilusión. Pase lo que pase.

El éxito une y el fracaso separa
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