Futuro

La primera y mayor tentación tras el “desastre” (y lo entrecomillo por ser palabras del propio Manolo Reina) de Jerez es señalar. Señalar a los jugadores, a los que están y a los que no están, al míster, al presi y al sursuncorda. Sin embargo, e intentando mantener la mente fría, no lo creo necesario, ya que eso poco ayudaría a lo que ahora realmente importa. Sacar al equipo de donde está, que es metido en la autopista que conduce hacia el infierno del que nos ha costado más de veinte años salir. Y me preocupo.

Lo hago porque pensaba que el Cartagena cambió la cara con la llegada de Javi López. Bajo ese efecto que se suele producir tras las llegadas de los nuevos entrenadores, el Cartagena pareció tomar aire y respirar con dos victorias. Después llegamos a esa racha de empates a cero, con lo cual deducíamos que la defensa, otrora una autopista hacia la portería, había arreglado sus errores. Pero parece que no, que en cualquier día tonto te hacen tres y ni te enteras. Y como arriba no hay pegada, pues te vas a casa sin los puntos que tanta falta te hacen.

Y en esas estamos. Que llegamos a Navidad tras cuatro meses de competición y colistas. Lo que debería ocuparnos ahora es la búsqueda de soluciones. Sin embargo, la única solución es tan clara como arriesgada: acudir al mercado de invierno. Los números cosechados hasta ahora indican que hace falta alguien nuevo, sobre todo de centro del campo hacia arriba, que haga que el equipo aumente esa paupérrima cifra de nueve goles a favor. Necesitamos una segunda vuelta de campeón, y todo campeón tiene un goleador.

Pero todos sabemos que el mercado de invierno casi nunca es solución. ¿El cambio de míster? En cuanto a eso sólo pido una cosa, que si se hace, se haga ya, para que las bajas las dé él conforme a su criterio. Si no, que se le dé crédito ilimitado a Javi López. Pero conociendo a Paco Gómez, me vuelvo a preocupar...