4 de julio de 2015, 20:18
GUILLERMO JIMÉNEZ
Este sábado 4 de julio, la fiesta de los estadounidenses, es la hora de recibir con un saludo y menos jolgorio que en USA la noticia de la entrada del emblemático y admirado Víctor Fernández al frente de la que en pocas semanas será plantilla del FC Cartagena (en construcción, a falta de casi todo, pues solo ha fichado el canario Ayoze a día de la fecha), toca al propio tiempo vivir un momento menos grato como es el de despedir a Manuel Sánchez Palomeque de la responsabilidad de seguir aportando sus virtudes para el club en el que puso el alma, todo su genio, corazón y conocimientos –mano izquierda- y palabra para decir verdades sin tapujos.
Víctor ya prepara el equipaje tras su corta experiencia al frente de la Selección de la AFE y va a emprender un camino nuevo porque nunca inició una Liga siendo entrenador. Belmonte le dio la oportunidad de salvar al Leganés del descenso y en un mes resolvió la papeleta. Ahora Paco Belmonte considera que el de Mérida es el preparador idóneo para el novísimo proyecto albinegro.
La situación se plantea desde la realidad irrefutable que aquí nadie ha engañado a nadie. Todo un seguro anti polémicas. Manuel Palomeque quería continuar pero -ahí está el detalle- como entrenador titular. Acumuló méritos para ello con el impagable servicio de evitar el descenso albinegro a Tercera en unas circunstancias de caos que no creo necesario repetir. Belmonte quería complacer al de El Algar pero en la lista de preferencias ya estaba Víctor Fernández, el elegido por el 'dúo dinámico' Paco Belmonte/Deseado Flores, de la nueva empresa encargada de reflotar al FC Cartagena tras lograr lo que parecía una misión imposible en una guerra en la que el Cartagena peleaba con armas de madera frente a adversarios con muchos menos problemas. Los albinegros ni pudieron fichar en el mercado de invierno (cerrada la puerta, por moroso) y cuando hicieron falta para un par de finales de la bolsa del paro de la AFE, Rubiales, el jefe del sindicato salió por peteneras, estuvo inflexible y perjudicó a su gente y condenó a Palomeque a tener que jugar con jugadores lesionados. Inédito en la historia.
Yo no veo aquí sinceramente un combate Víctor Fernández adversus Manolo Palomeque. No pelean entre ellos. Son dos tipos que caen bien a casi todo el mundo. Víctor hizo dos campeonatos geniales de blanquinegro como jugador que hizo gigante a Toché y a otros, y se metió a la afición en el bolsillo. Su marcha fue muy criticada y hoy su retorno está siendo celebrada como requiere la ocasión aunque su tarea no será la misma que encandilaba entonces en los estadios.
Ser entrenador es otra cosa. No soy agorero pero recuerdo que Juan Señor fue un excelente internacional como futbolista pero mucho menos como preparador. Lo conocimos en Cartagena en la campaña del inefable Luis Oliver
Víctor Fernández reúne condiciones para poder triunfar. Palomeque, el ‘damnificado’ por no plegarse a ser segundo en el puente de mando, no sé lo que hará pero está en derecho a la renuncia de un puesto que no le agrada. Belmonte también se encuentra en su derecho de decidir lo que considere más interesante.
Palomeque se marcha del club con la medalla en el pecho del reconocimiento de los aficionados que veían en el banquillo del Cartagonova moverse inquieto, desesperado, un mártir por la causa que estaba perdida en el trozo caliente de una campaña demencial, diseñada ni a propósito para el suicidio por Sporto Gol Man de la peor manera. El equipo que dirigía Palomeque era un manojo de infortunios. condenado a la pira del descenso. No hubo descenso porque el fútbol es como es.
