jueves. 18.04.2024
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La Hoya llenó su olla y nos dio un palo arrollador

Resulta que por el Cartagonova pasó en el primer partido El Palo, barrio de Málaga, después la Hoya, pedanía de Lorca, y el tercero en aparecer será el Arroyo, equipo de pueblo modesto, los tres seguiditos. He mirado el calendario y no hay ningún equipo de comunidad de vecinos que...
Resulta que por el Cartagonova pasó en el primer partido El Palo, barrio de Málaga, después la Hoya, pedanía de Lorca, y el tercero en aparecer será el Arroyo, equipo de pueblo modesto, los tres seguiditos. He mirado el calendario y no hay ningún equipo de comunidad de vecinos que venga a nuestro estadio a asustarnos  como El Palo, a ganarnos  como La Hoya y probablemente, puede que sí y puede que no, a arrollarnos como el Arroyo, el próximo visitante que ya lo hizo en el pasado ejercicio. 

Tuvimos uno, que nos privó del ascenso, el Vecindario, que es más que una comunidad de vecinos, pero lleva el nombre que nos lo recuerda. El Arroyo, por su parte, es un pueblo que no llega a 7.000 habitantes, muy cercano a Cáceres. Juega en el estadio Arroyo de la Luz, título del nombre del pueblo completo. La Patrona es la Virgen de la Luz. Datos de Internet.

Lo bonito de esto, respetando a todos los equipos, (cuanto más modestos más nos sacan nuestras vergüenzas), es que se puede hacer un juego de palabras, que por lo menos nos haga sonreir, toda vez que el Lepe, que daba mucho juego y al que tuvimos el año pasado, descendió después de empatarnos a cero en el Cartagonova y nosotros devolverles este ambicioso resultado allí. Potente y recordado Lepe.

El Palo acababa de subir y no nos dio el palo pero sí un buen susto porque marcó primero y pronto : ganamos por la mínima y gracias. La Hoya, otro que acaba de ascender e hizo el ridi en casa el pasado miércoles en Copa jugando  contra el Écija al que dejaron con nueve jugadores durante bastante tiempo, sí nos dio un  palo doloroso con los dos goles  -buena puntilla- de Carlos Rodríguez que estuvo dos temporadas  en nuestro filial y al que echamos, como a otros tantos, en otra maravillosa operación de Pacogo.

Lo que significa palo todo el mundo lo sabe, tanto lo que es como si te lo dan o, mejor dicho, te lo ponen en las costillas y, sobre todo, si te atizan con él. Pero ¿qué es una hoya? Pues concavidad u hondura grande formada en la tierra. Y caímos en ella. Y también es un hoyo para enterrar. Vaya por Dios…Esto acaba de empezar y no se sabe si la temporada será maldita o afortunada. Al menos que no siga la tradición.

Cuando hablamos de hoyas u hoyos se nos viene a la mente lo que es una olla  (comida, alimento, cocina). O sea un concepto más positivo. Pensamos en esa vasija redonda de hierro o metal para poner sobre el fuego con algo dentro, aunque sea agua. En español es sinónimo también de un guiso preparado con carne, tocino, legumbres y hortalizas, entre las que predominan los garbanzos y las patatas. O sea, buena causa.

La Hoya, pedanía de Lorca, llegó con su olla vacía creyendo que se la llevaría llena de goles y derrota, y resulta que la llenó de grandes manjares, como es una victoria tan dulce como inesperada, la primera de esta temporada. Y es que se enfrentó con el equipo samaritano, tradicional en hacer favores a los menesterosos y darles de beber.

Es raro que los tres equipos del grupo cuarto de la 2ªB, sólo ellos, que tienen nombres con el que el diccionario puede jugar, con significados muy claros, nos hayan tocado consecutivamente en el Cartagonova para abrir boca. Falta el Arroyo. ¿Y qué es un arroyo?. Pues un caudal –toma del frasco, qué casualidad- con poco agua, cauce por donde corren las aguas, o parte de la calle por donde transita el líquido elemento. Pues este Arroyo, equipo de fútbol, nos puede arrollar como la pasada temporada que  ganó aquí y el FC ganó allí. De arroyo pasamos a arrollo, nada que ver pero con música común, que es desbaratar o derrotar al enemigo. Toma. O atropellar, no hacer caso de leyes, respetos u otros miramientos o inconvenientes. También significa vencer, dominar, superar. Que no nos ahogue con su caudal –vaya hombre- de agua.
El Palo estuvo a punto de darnos palos, La Hoya nos lo dio en toda la frente (sólo tardó 32 segundos en marcar) y el Arroyo ya veremos.

Nosotros, apaleados  o llenando la olla de La Hoya o arrollados por el Arroyo, que espero venga con poquísimo caudal, mantenemos incólume nuestra personalidad y pasamos del ridi a la victoria, sin dejar nunca de ser samaritanos y, bueno, dando algún palito que otro, a los que esperaban hacerse socios. Con los nuestros no tenemos caridad. Los hundimos en el hoyo.
Pasamos de un equipo de barrio, a otro de pedanía y acabamos con uno de riachuelo mientras que los que deberían ser nuestros competidores están por allá arriba en el fútbol profesional.
Pero ellos, que se chinchen, no pueden hacer juegos de palabras con sus adversarios ni tener equipos con nombres tan originales para jugar al fútbol.

Así que deseo a los lectores muchas ollas, pocas hoyas, ningún palo ni inundación alguna por arroyos llenos, sino muchas sonrisas, salud, trabajo, suerte y alegría.

La Hoya llenó su olla y nos dio un palo arrollador
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