jueves. 25.04.2024

Lo que el Icue conoce de PLF

Lo que el Icue conoce de PLF, Francisco López Fernández, es que no sabe casi nada de él. Lo plantea más como demérito suyo por no conocer al que es ya el entrenador del equipo de su ciudad que como crítica hacia lo que durante estos últimos días ha ido...

Lo que el Icue conoce de PLF, Francisco López Fernández, es que no sabe casi nada de él. Lo plantea más como demérito suyo por no conocer al que es ya el entrenador del equipo de su ciudad que como crítica hacia lo que durante estos últimos días ha ido apareciendo en los medios informativos cartageneros señalando esos rasgos superficiales de su personalidad. Diré que  sólo conozco lo que él dijo: “Sé lo que quiero, sé lo que hago y sé a dónde voy”. Malo si esta declaración de intenciones no fuese la brújula de su próxima travesía.

Como el Icue es hombre de fe no tiene por qué dudar de este joven entrenador, solo sabe, lo más obvio, que el tal Francisco López Fernández es hijo de Silla, Valencia, 1967 y bautizado en la iglesia parroquial de Ntra. Señora de los Ángeles en la que, en el año1907, se produjo un sacrílego robo llevándose  del Sagrario el Copón con unas Formas consagradas, ex jugador de fútbol y amante del FC Cartagena desde que, un 24 de mayo del 2009, ha dicho, lo vio, muy cerca de la afición blanquinegra “mezclado con sus aficionados en el ascenso a Segunda división del Collao, allá en Alcoy.

Mi ignorancia, en cualquier caso, me deja un sentimiento de orfandad para intuir cómo guiará su destino de entrenador cartagenerista que, en decires del otro Paco: " no le falta juventud, humildad, valentía y es persona", persona que, no importándome para nada otros aspectos que no sean los de su cotidianidad deportiva, será observada por el Icue en aquellos quehaceres exclusivamente deportivos.

La mínima información de la que el Icue dispone, desde ahora, de su entrenador no pasa de que no “descarta nada”, que se podrá hablar a cualquier hora con él, que en su imagen “de pelón” se parece a otro Paco, “el Jemez”, el del ascenso en Alcoy, que, seguramente, estudió, que, por lo visto, gusta vestir pulcros trajes y que ha aterrizado en una gran ciudad con nombre vetusto del que nos sentimos orgullosos.

Con todos estos desconocimientos o conocimientos narrados el Icue, estimados cartageneristas, adquiere la condición de cuenta-cuentos y les cuenta el que sigue: Érase una vez en Cartago Nova que los súbditos del Paloma con la llegada de un tal PL empezaron a soñar repentina y malamente, sin que los galenos del reino cartagenerista supieran a qué achacar la culpa de tal mal sueño. Hubo quien incluso escuchó el gorigori, de modo que cundió la alarma y fueron llamados a palacio los más sabios científicos cantonales. Tras hondas cavilaciones, uno de ellos gritó al fin eureka y expuso y mostró a sus colegas al joven PL.

Nos vino a decir que había traído consigo del mercado vecino a este humilde fichaje que tanto bien se espera haga a la cartagenerísima familia de los futboleros; que viene armado con juventud y saber, que compareció rodeado por el primum inter pares, el otro Paco López, quien puso su dedo en un mapa cantonal y dejó una frase para la historia: no el “Delenda est Cartago”, sino  el deseo del “veni, vidi vici”, transcribiéndola en, ahí les muestro a: "un entrenador joven, valiente, humilde y persona" .
 
O sea, que Dios, y Jano, y Acates, nos cojan confesados. Porque como quiera que los romanos gastan fama de gente seria, rigurosa y sobradamente preparada no hay nada que temer al estar protegidos en toda la cosa que comienza, y acompañados  para llegar al final de la travesía y conseguir el objetivo ansiado. Para muchos, con tal exposición, la ruina ha sido espantada. Para todos, ya no hay indignación, ya no somos  dignos herederos de Pepe Gotera y Otilio. Los cartageneristas acabamos de superar el estupor y la ira, no habrá patochadas y sí adictos a la siesta y la sangría. O lo parece.

Porque fuese JIM y no hubo nada, como sentenció el manco de Lepanto. De modo que don Francisco Gómez con el ayudante de campo Quirantes sacó el dedo a pasear y esta vez llegamos a tiempo: el índice fichador señaló a un modesto entrenador cercano y vaya usted a buscarle para que regrese. Debo aclararles que los expertos esta vez atinaron. ¿Dirás que a la tercera fue la vencida? Negativo. Ahora nos dicen que por fin sí, que ya han localizado al culpable y no era el mayordomo, sino un muchacho venido de Silla. Los doctores y el Paloma aseguran que están casi seguros…del ascenso, nunca el adverbio casi dio tanto miedito.

Adiós amigos hasta el miércoles que viene, si Dios quiere. Ya saben, sean buenos y no tengan miedo, que a este Cartagena ha llegado un entrenador joven, valiente, humilde y persona”, como si los demás no lo fuesen. ¡Ay, Ay, Ay!

Pedro-Roberto J.P. hoy desde un lugar con encanto del Mar Menor. Dies 6/15: ante diem sextum Idus Iunias.
[email protected]. En Twitter: @Logromur.

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