viernes. 29.03.2024

El Icue, empate en la Bética y…el Ciprés de Silos

Dos entrenadores nuevos, los dos no podían ganar en la Ciudad Deportiva Luis del Sol  y es por eso por lo que se ha empatado con sabor a nada. Aun siendo importante el empate, poco importante, pobre empate, muy poco empate, al Icue sólo le interesa hoy manifestar sus sentimientos...
Dos entrenadores nuevos, los dos no podían ganar en la Ciudad Deportiva Luis del Sol  y es por eso por lo que se ha empatado con sabor a nada. Aun siendo importante el empate, poco importante, pobre empate, muy poco empate, al Icue sólo le interesa hoy manifestar sus sentimientos ya que no desea escribir ni del partido ni del equipo, de nuevo me han decepcionado. El único deseo que tiene es escribir de D. José Rojo Martín, “Pacheta” o “Pachetín”. Deseo darle crédito y paciencia, todo el crédito que se otorga por estas sus altas tierras y toda la paciencia que pudo recibir al criarse cerca de los monjes de Silos.
 
Para nada el Icue conoce al autor de esa frase que hoy hace de entradilla. Son palabras de un hombre al que llamano se hace llamar, con razón,Pacheta: es el apodo familiar. A su bisabueloya lo apodaban así en ese querido y pequeño pueblo,poco más de 2000 habitantes, que es Salas de los Infantes. Por eso, es suficiente, él es Pachetín, el más pequeño de cuatro hermanos, el más popular, el ídolo y del que allá se sienten orgullosos, tanto, tanto que, hubo un tiempo, en el que tuvieron que ensanchar algunas calles para que él pudiera pasar con su Mercedes.
 
El hoy entrenador del FC Cartagena es el único futbolistaserranomatiego que llegó a jugar en la élite del fútbol español. Bueno, el único no. Hubo antes otro del mismo pueblo: Juan Heras, ese que jugó en el Burgos Club de Fútbol cuando éste equipo disfrutaba de la Primera División y en él andaban, comandados por  Sergio Kresic, Portugal, Heras, Adorno, Manzanedo, Rufino Requejo y hasta el mismísimo Juan Gómez, “Juanito”.
 
Me cuentan, como el Icueconoce esa tierra no necesita comprobarlo, que este salense está dotado de todas esas virtudes que identifican a todos aquellos que, siendo riojanos o burgaleses, son oriundos de esa querida Sierra de la Demanda que imprime carácter, sinceridad, modestia para convertir a los allí nacidos en amigo de todos, triunfadores y auténticos señores.
 
Y está claro. El Icue que es andariego de estas tierras y gran admirador y amigo del Monasterio de Silos, fundamentalmente, del que hasta hace poco más de medio año fue su abad- Clemente Serna González- persona que en cantidad de ocasiones, cuando le visitábamos,  nos ofrecía una hemina de su buen vino monástico: la última fue cuando me acerqué a saludarlo con mi hijo Ignacio y un pariente experto en Historia del Arteal que acompañamos o nos acompañó para aleccionarnos y sumergirnos, fundamentalmente a Ignacio, en ese bacanal del románico, entre arpías jodiendo y dragones con cabezas de león, arquitrabes, liturgia de las horas, capiteles fantasmagóricos cincelados por canteros y las sombras de los monjes de San Benitoque todavíasiguen rezando.
 
Recuerdo que Clemente, casi sin expresión corporal, delicadeza y sabiduríatuvo que  descender, aquella mañanapara saludarnos, del histórico ciprés al que estaba subido con el fin de podar las ramas enfermas que entorpecían su desarrollo. Lo vimos bajar del ciprés gateando y para demostrarnos que estaba allí, y que no era un milagro, asomaba la cabeza de trecho en trecho. Un hombre que es capaz, pensamos, de subir y bajar como un mono por ese ciprés tiene capacidad para ser más que abad.
 
Pacheta, ese que habla de fútbol sin hablar, desde que ha llegado a Cartagena, me ha recordado al monje Clemente: ese que vi ascendido al ciprés más cantado por los poetas no para podarlo de sus ramas enfermas, sino para revitalizarlo tratando de recuperarlo.Esta mañana, es la segunda en hora de aperitivo, he visto al enjuto Pachetín como no hace mucho observé al ciprés de Silos y volví con mis compañeros de viajeflipado, tocado, mientras los pájaros se quedaban en las ramas aprendiendo canto gregoriano.
 
Hoy todos hemos quedado enmudecidos y también rendidos, tanto o más como se rindió Gerardo Diego ante el enhiesto surtidor de sombra y sueño.Y viendo la figura y escuchando al sin voz Pacheta me ha recordado al hoy humilde monje de Silos al observar que a este fibroso salense, después de este empate, no le basta al día, en palabras de mi paisano y monje Berceo, con una libra de pan y un sextario de bon vino y le recuerdo que, aunque el partido se jugó en esa canónica hora de sexta, cuando el canto enmudece a los jilgueros, este empate no llegó en la hora precisa.
 
¡Pacheta!!!!!!!! Era el grito de “pocos millones y muchos c...”que J. Antonio Camacho le lanzaba  y que él todavía llega a echar de menos. Era un grito o más bien un chillido peculiar, de buenos recuerdos y de mucho cariño. ¡Ojalá, a partir de hoy sea el grito de guerra en el Cartagonova! ¡Ojalá la efesemanía pueda chillarte y gritarte cariñosamente: Pacheta!!!!!!!! Será algo grande, muy grande. Y ¡ojalálos que te quierende verdad, que son muchos, te llamen y te sigan llamando,cuando te encuentren,gaitero, pastor, cerilla, cabeza mecánica y torero,! Son cosas del Icue o motes suyos. Palabra serrana. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce”. Dies 12/09: ante diem septimum decimum Kalendas Ianuarias. Nº 269.
http://lamedusapaca.blogspot.com.

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