A este Paco Gómez, “mayorista” en acciones, no hay Dios que lo entienda, ¿Quo vadis FC Cartagena con el accionista? Analizados los cambios realizados en su organigrama, ni son todos los que están ni están todos los que son, el Icue se pregunta:¿Quién va a ser el rostro cordial y empático del FC Cartagena 2011-2012con la vehemente personalidad de Don Francisco Gómez Hernández? El Icue no ve, de verdad, entre los “nuevos” rostros, rostros mediáticamente donosos y carismáticos que toda empresa, bien estructurada, necesita.
Para el Icue un club de fútbol esfundamentalmente, además de sus jugadores y entrenador, su presidente, su director técnico, y si lo encuentra, para la comunicación,un auténtico comunicador. El resto, tropa de levita y algún que otro levitón, exageradamente pagado: poco más. Hoyel Icue le recuerda aDon Francisco Gómez, Hernández, para que se vaya acomodando, que todo es distinto al verano del 2003 en el que accedió a la presidencia.Todo es distinto en la España y en la Cartagena Futbolística. Entonces también se reinaba, la crítica era escasay bastante contemporizadora, exclusiva de los medios impresos. Las emisoras de radio eran escasas y todavía no habían emergido las televisiones regionales y locales.Los periódicos digitales estaban en el limbo de los justos. No se conocía ni el Twitter, ni el Facebook, ni el Twenti por los que aparecieran perros ladradores, ni esos dedos acusadores para señalar implacable y despiadadamentecon su información y crítica puntual y extensiva a todo lo que se moviera por esasfamosas redes sociales: fundamentalmente a los desmanes de nuestro Cartagena.
Don Francisco Gómez Hernández, presidente plenipotenciario del FC Cartagena,ha ganado por goleada en esta y penúltima remodelación de “su club”. En su SAD tiene el poder de siempre y a la afición mareada, confusa y sin digerir la escandalosa dimensión de toda esta remodelación contradictoria: “lo que diga la gente me la suda”, dijo en frase “académica” y así nos va.
Una vez asentado y renovado casi todo; una vez asentados y hasta firmes, ¡cuidado!, los nombres de sus ministriles: director general ydirector técnico, entrenador, ayudantes y plantilla, jefa de prensa y gabinete de imagen y publicidad, el Icue se los imagina, a estas alturas, descorchando el champán mientras a otros, en su camino,marchando y dejando sus lloros y sus penas por las esquinas. Allá ellos: “lo que diga la gente me la suda”.
El Icue no quisiera caer en los excesos retóricos de este singular personaje que tan pronto ensalza a la afición,manifestando ser “una afición de Primera”, como le espeta a un señor nacido en Cartagena y por tanto, icue de toda la vida, “no ser digno de vivir en la ciudad que le vio nacer”.
Tan pronto manifiesta que, algunos de sus jugadores, “se vendieron al final de la pasada liga”, como los invita, llevándoselos a todos a su finca de La Serreta yenfundándose en un delantal blanquinegro, hacer piña y aunar esfuerzos para conseguir esa su utopía de ascender a Primera División.
Tan pronto pasa de hablar,para la prensa,siempre en Murcia y no hablar nunca en Cartagena, a rectificar, después de otra comida,y comprometerse a venir cada dos semanas a Cartagena para ofrecer una rueda de prensa y estar dispuesto a atender a las llamadas que se le hagan. Esto fueallá por el principio de mayo. Transcurridos casi dos meses el Icue ha detectado que estas fueron promesas no cumplidas.
Después, ya saben, se armó la que se armó. Un auténtico guirigay conmosqueo de todos: “Cobran y no corren”;“Hay jugadores que van para atrás”;“Cuidado, que me llevo este quiosco a otro sitio” y su:“lo que diga la gente me la suda”.
Al Icue le resulta muy difícil embridar la soberbia de este “Tarquinio” y aconsejarle aparque a su Sibila.El Icue puede señalar, no desea hacerlo, innumerables,tristes y contradictorios episodios aquí vividos. Hubo quien lo jaleó, pero aquello fue un desmán intolerable, que el Icue condenó avisando de los peligros y las tentaciones de su omnímododesilustrado poder.
Cuando los generales romanos regresaban triunfantes de sus campañas y desfilaban en loor de multitudes, un esclavo solía colocarse a su lado y les susurraba: “Recuerda que eres mortal”. Ahora que veo a Don Francisco Gómez Hernández disfrutando de la renovación de su entorno deportivo, me apetece asumir el papel de esclavo puñetero y recordarle, puesto que es mortal, que sea escrupulosamente respetuosoy casi sagrado con la voz de sus abonados, lleven levita, traje y corbata o parezcan indigentes perroflautas.
Pedro-Roberto J.P. hoy desde Villamediana de Iregua.Dies 6/29: ante diem tertium Kalendas Iulias.
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