22 de abril de 2013, 2:11
“Nunca hay que pactar con el error”. (Mahamat Ghandi)
¡Qué difícil y qué triste es, querido Icue, escribir sobre un partido que, estando ganado, se empató en el añadido! Estaba el gato en la talega y éste huyó como los felinos huyen del agua escaldada. No sé si el felino, más negro que blanco, huyó, lo soltaron o lo dejaron ir pensando que ya todo estaba solucionado. Pero aparecieron los cañaillas Antoñito, con todos los años futbolísticos a sus espaldas y un tal Cristian, que no es precisamente Cristiano Ronaldo y empataron un partido que se había vuelto bronco, muy bronco a raíz del gol de Riau y que había que controlar. Y no se hizo. Esta tarde las botas de los jugadores cartageneros llevaban unos remaches de hierro en la suela de cuero para mejorar el agarre y no les respondieron. Las tachuelas se desprendieron y quedaron sembradas por el campo cuando, en el último suspiro, Ceballos la tuvo y, al no sujetarlo, se vino al suelo, quedó abandonado, ¡malditas tachuelas!, y todo se acabó. Bueno, se acabó en el partido de hoy pero todavía quedan cuatro.
Terminó el partido y al recogerme no tuve más remedio que acordarme de ese monumento ciclista, la Flecha Valona, disputado en las Ardenas estos días, (17 de abril). He pensado en esa clásica ciclista y he recordado que para ganarla es necesario superar el mítico Muro de Huy en sus pendientes del 17 por ciento. Hoy los isleños nos han impedido superar ese muro poniéndonos unos cuantos escollos, que el FC Cartagena, por su ansiedad, no ha sabido superarlos y ¡cuidado! Que aunque nos parezca que sólo quedan alguna escollera y cuatro falsos llanos, algún paso intermedio, algunos minutos de sufrimiento, estos no deben ser obstáculos suficientes para empujar al equipo hacia ese ascenso tan querido y deseado, aunque sea desde el segundo, tercer o cuarto peldaño.
En fútbol, querido Icue, hay que mandar y liderar. Mandar, en fútbol, es trabajar, desconfiar del adversario (sea excelso o flojo) y llevar la iniciativa sin pausa, ni descanso. El San Fernando, al que alguno dio por muerto, casi resucita, y es que si “fútbol es fútbol”, jugar la promoción es jugar la promoción y si en ella se asciende, mejor. Liderar no es lo del FC Cartagena de esta tarde, quien, con el susto en el cuerpo, en el último instante del partido, no pudo marcar el gol del alivio. Hoy, al faltar y no contar con líder, no se han alejado las desazones, sino que han aumentado. El entrenador, aunque alguno no lo crea, dirige, sugiere, gobierna; el líder manda. ¡Qué desgracia la de este Cartagena atado por la sequía goleadora de Florián!
Una vez que el FC Cartagena ha empatado con los Isleños, de la manera que hoy lo ha hecho, el primer puesto se ha convertido en una sala de espera en manos del Jaén. El alirón ha pasado a depender de otras prisas no ansiosas y de otros ingenios en el equipo de Pacheta. Al Icue le da miedo y atisba el riesgo de que el físico de este nuestro, suyo Cartagena lastre las opciones en el tramo final o de que la plantilla sucumba al vértigo del empate de esta tarde y no pueda completar la hazaña de un equipo diseñado para pelear y ascender.
Dicen que un partido perfecto, sin ningún error de nadie, tiende a acabar con empate a cero. Son mucho más hermosos, sin duda, los partidos imperfectos, abundantes en pasión y fallos. El de hoy con el 1-1 ha salido tenso, impredecible y ordinariamente histérico, incluso con las equivocaciones arbitrales, aunque los árbitros formen parte del juego y del espectáculo.
¡Que sí, que el Icue es EFESEISTA y PACHETISTA, que sí, que ya está! Ya lo sé. Y ¿qué? Hay un bloguero por ahí que no tiene nada mejor que hacer que confundir la almohada con el colchón, que siempre se pone, en expresión popular, mirando a Cuenca y que, de eso llamado fútbol, sabe mucho más que el Icue. Pues nada Icue, honor para el bloguero. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce. Dies 4/21: ante diem un decimum Kalendas Maias. Nº 285.
http://lamedusapaca.blogspot.com.
