sábado. 20.04.2024

El Icue…y cuando la paloma se convierte en pájaro del diablo

No desvelo ningún secreto, querido Icue, al comunicar a los apreciados lectores de SPORTCARTAGENA que la semana pasada el articulista estuvo en Salas de los Infantes pueblo de Pachetín, para sus padres, hermanos,  grandes y numerosos amigos y  también, desde ahora, para mí. Quería,  y ahí está en el cajón...
No desvelo ningún secreto, querido Icue, al comunicar a los apreciados lectores de SPORTCARTAGENA que la semana pasada el articulista estuvo en Salas de los Infantes pueblo de Pachetín, para sus padres, hermanos,  grandes y numerosos amigos y  también, desde ahora, para mí. Quería,  y ahí está en el cajón de la dirección de este diario, firmar un reportaje visitando y hablando con todo el entorno de este hombre bueno y trabajador nato que hasta ayer fue entrenador del FC Cartagena.
 
Hablé con Pedro y Petra, padres de nuestro entrenador y recios y curtidos hombres-agricultores de 80 y 82 años. Me guió por el pueblo y por todos los rincones por los que anduvo este “cascarilla” de muchacho su hermano Javier, profesor de Educación Física del Instituto de Enseñanza Secundaria “Alfoz de Lara”. Reparó mí frio, frío castellano, su hermana mayor Cruci con un café tomado en ese bar, con nombre de flor chilena, llamado Copíhue. Y me reuní con su amigo, gran amigo, Carlos David, que me atosigó con miles de anécdotas, que guardaré en el corazón de mis archivos, de este hombre-futbolista-entrenador. Y me trasladé hasta la “era”, lugar futbolístico por excelencia en el que los Pacheta, todos, aprendieron a darle patadas al balón y desde allí, abrigados, donde todavía están puestas las porterías de piedra, nos fuimos a contemplar el barrio de la Costana, de grandes recuerdos para estos amigos y divisar cómo el agua-nieve amenazaba desde las Peñas de Carazo que, según me cuentan, “cuando por allí aparece, en cinco minutos está en la Costana”.

No podía intuir, apreciado Icue que, al cruzar la sierra de La Demanda, los buitres que contemplé aterrizasen la tarde de ayer por el Cartagonova para llevarse todas las sobras de la carroña que el pájaro del diablo dejó sobre el césped. Pero así fue, así ha sido y ni el articulista, ni tú Icue, ni la afición, ni los hombres de buena voluntad todavía se lo creen.

El pájaro del diablo es un pajarraco de dos decímetros de longitud, por lo tanto cortito también en cacumen, aunque largo, muy largo de cola, que es muy larga y ahorquillada. Tiene alas también largas y puntiagudas, plumaje blanco en la garganta y negro en el resto del cuerpo, pies cortos, con cuatro dedos dirigidos todos adelante, y pico pequeño algo encorvado en la punta. Es ave de temporada, se alimenta de insectos y anida en los aleros de los tejados. Tan extravagante es que  pasa la mayor parte de su vida en el aire y come, duerme y copula volando.

Y este pajarraco aterrizó ayer y convirtió el Cartagonova en un infierno, ese infierno sartriano, en el que los malos son los otros, y hasta dantesco en el que Dante Alighieri, en uno de sus 8 círculos de su Divina Comedia sitúa. Este círculo últimamente  estuvo muy concurrido en su convivencia con alcahuetes, seductores, aduladores, incompetentes, frívolos y hasta analfabetos del mundo futbolístico y de la vida real. ¡Qué tiempos aquellos, Icue de mi vida, en el que el Cartagonova era una caldera efesemaníaca a reventar y no la caldera de Lucifer en la que hoy la convertido su pájaro favorito! ¡Qué tiempos aquellos en el que la bandera blanquinegra arropaba al “somos la ostia”!  ¡Qué tiempos aquellos que, con la inflexión de ayer, todo se va a ir por los desagües hediondos por estar pútridos  de la Rambla de Benipila! 
El Icue, que ha sido pachetista desde los fríos del pasado diciembre y lo seguirá siendo hasta que este amigo y recio hombre, que aprendió todo lo que sabe jugando al “tirabeque” junto a sus hermanos mayores Juan Antonio y Javier por las callejuelas del barrio de  “la Costana”, guarecido por las “Peñas de Carazo” quiera, desea transmitir en su tristeza lo que dijo Séneca “las cosas no son difíciles. Son difíciles porque no nos atrevemos”. ¡Jose! Es muy difícil que los Pacheta decaigan y se derrumben por mucho pájaro del diablo aterrice. La fuerza de voluntad, la fe y no tener miedo a fracasar son, en casa de los Pacheta, la clave del éxito incluso en las condiciones más adversas.

"¡Querer es poder!", reza el dicho popular que a veces escuchamos en boca de aquellos que nos aprecian para darnos aliento frente al reto o la adversidad. "Más hace el que quiere que el que puede", es el argumento que a menudo pretende explicar cómo alguien ha logrado algo que parecía imposible dadas sus facultades, condiciones o circunstancias.
Quedo aquí, soñando entre las alamedas del Río Arlanza desde las que tú Jose jugabas con tu carabina a volar junto a los pájaros, esos que sí eran inofensivos. Quedo aquí, deseando ser tu amigo y también de todos los tuyos, si vosotros lo deseáis. Y…, cuando tengas tiempo, dales un abrazo a Pedro y Petra, tus padres. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce. Dies 5/20: ante diem tertium decimum Kalendas Iunias. Nº 288.

http://lamedusapaca.blogspot.com.


El Icue…y cuando la paloma se convierte en pájaro del diablo
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