sábado. 20.04.2024

El Icue y su elogio de la holganza futbolera

Que nadie se asuste y no cunda el pánico. Los futbolistas se van a poner a follicar o están ya follicando a la afición del deporte nacional, además, lo están haciendo, descarados ellos, de cara al público, si entre el Rubiales y el Astiazarán, vaya par de gemelos,  no llegan...
Que nadie se asuste y no cunda el pánico. Los futbolistas se van a poner a follicar o están ya follicando a la afición del deporte nacional, además, lo están haciendo, descarados ellos, de cara al público, si entre el Rubiales y el Astiazarán, vaya par de gemelos,  no llegan a un acuerdo de firmar, antes del día del alumbramiento de La Liga, el nuevo convenio colectivo.

Los profesionales del balón y los profesionales de su administración no creo se hayan detenido nunca en enterarse de lo que significan ese conjunto de palabrejas tan sonoras como son las de follicar, holgar, holganza, holgazán y huelga y todos aquellos adjetivos que las adornan como son los de: gandul, haragán, vago, vagabundo y ocioso.

Es seguro que, para algunos de nuestros futbolistas, esos palabros vendrán a significar aquello de estar ocioso no deseando trabajar. Otros dirán que es un simple descanso para tomar aliento después de una fatiga. Los más leídos nos manifestarán que han tomado esta decisión, como si de un objeto se tratara, al desear no ejercitarse y estar fuera de servicio o sin uso y los más cultos e intelectuales justificarán su actitud al querer divertirse y entretenerse con gusto deseando yacer, estar o parar.

Todos estos futbolistas, al no entender los felices vocablos, dicho en Román paladino, han entrado antes de comenzar la campaña y antes de que los estadios comiencen a llenarse, esto lo iremos viendo partido a partido, en un estado de piernas caídas y en el laberinto vertiginoso del pecado capital de la pereza.

El Icue desea manifestarles que, la holganza de todos estos ociosos-temporales, es consecuencia de que, desde pequeños, les socializasen ensalzando el trabajo y haciendo de esta infame carga una virtud. 

 El Icue, también vagabundeando como ellos, les recomienda no caigan en la tentación de manifestar que el trabajo es salud, si así fuera, alguien tendría que explicar porqué los hospitales están llenos de trabajadores.

El Icue les exhorta que traten de olvidar aquello “de que todos ganaremos el pan con el sudor de nuestra frente. No será él quien diga que sudar no es bueno, pero ¿trabajando? ni de coña. El Icue ya ha sudado bastante en su playa tumbado a pleno sol y pescando medusas.

El Icue les anima a olvidar en su huelga reflexiva aquello de “No hay mejor herencia que trabajo y diligencia”. Vamos que vas al notario y abren un testamento y te dicen que lo que te han dejado es trabajo y diligencia y, aunque se trate de tu padre, te cagas en sus muelas, fijo.

La cosa, estimados y comprensivos lectores, es muy sencilla, tanto que el Icue piensa que eso de que “el que de mañana se levanta, su trabajo adelanta” es una temeridad. O sea que encima hay que levantarse temprano para hacerlo antes. ¡Vamos, hombre! Si él se levanta temprano es para tener más tiempo para holgar, y punto, vivir de miedo y no dar palo al agua.

Un amigo, introducido en la trastienda de los equipos de fútbol, me ha descrito que los jugadores entrarán en razón durante esta huelga y dejarán de ser una mezcla de arrogantes endiosados y de pardillos que viven fuera del mundo real. Que no mirarán por encima del hombro a los aficionados que se acerquen a pedirles autógrafos y no les temerán, como a un nublado, sabedores de que la inquina de la afición puede ser su sentencia de muerte deportiva.
Que dejarán de fascinarles salir en los medios y no se descompondrán cuando esos medios les suspendan ni se revolverán como bestias heridas en las ruedas de prensa si el plumilla les hace la menor crítica.

El Icue, rara avis, pensando en estos “haraganes” se vuelve cachondo, simpático y alegre para defenderles justamente de lo contrario que otros han defendido y, junto a Facundo Cabral, manifestarles aquello de: “Mira si será malo el trabajo, que deben pagarte para que lo hagas”, o junto a Oscar Wilde cuando viene a decirnos aquello de: “El trabajo es el refugio de los que no tienen nada que hacer”, o al lado del gran Mario Moreno “Cantinflas”: “Algo malo debe tener el trabajo, o los ricos ya lo habrían acaparado”.

El Icue se coloca bronceado y de perfil del lado de los futbolistas y como escribió Antonio Lucas: “Está muy a favor de que éstos se echen una berrea por las plazas, untados en brillantina y con cinturón de hebilla ancha. Será un espectáculo. Ellos representan nuestra cultura menor de edad, el heroísmo fatuo y aniñado, el fanatismo de los cohetes y la superstición. No darles la razón huele a cobardía. Y eso, no. Hay que conseguirles el fondo de compensación, de protección o de lo que sea. Dos días sin fútbol daría que pensar. No lo quiera Dios.
Adiós amigos lectores, el Icue está centrado en su querida y jubilar holganza y no desea detenerse a pensar en este fútbol sin ley que hemos convenido en llamar deporte. Ustedes verán lo que hacen, yo desde hace tiempo lo tengo decidido, me quedo con los “Holgazanes” y me voy a holgar, debo seguir practicando.

 Pedro-Roberto J.P. Dies 8/17: Ante diem sextum decimum Kalendas Septembres.

[email protected]. En Twitter: @Logrocartg

El Icue y su elogio de la holganza futbolera
El usuario es responsable de sus comentarios. Se compromete a que no difamen, insulten, contengan información falsa, abusiva, pornográfica, amenazadora, que dañe la imagen de terceras personas o que infrinja alguna ley.
Sportcartagena se reserva el derecho de eliminar los comentarios que considere inadecuados.
Comentarios