jueves. 28.03.2024

El Icue y…”ya estamos en Haro que se ven las luces”

Ha terminado el partido- FC Cartagena 3&ÉcijaBalompié 0- y mi admirado Icue me recuerda aquello que se dice, esencialmente, en mi tierra: “Ya estamos en Haro que se ven las luces”. La frasesuele decirse cuandode noche nos acercamos a cualquier  pueblo y vemos su alumbrado. Desde que Pacheta llegó a...
Ha terminado el partido- FC Cartagena 3&ÉcijaBalompié 0- y mi admirado Icue me recuerda aquello que se dice, esencialmente, en mi tierra: “Ya estamos en Haro que se ven las luces”. La frasesuele decirse cuandode noche nos acercamos a cualquier  pueblo y vemos su alumbrado. Desde que Pacheta llegó a la Ciudad Trimilenaria se hizo la luz deportiva ganando once puntos de los quince en disputa. Nuestro, vuestro y su equipoluce, desde su llegada,  más que ese querido  Faro de Navidad que, emplazado en la bocana del puerto, alumbra, guía y hasta es refugio de pescadores al anochecer.
 
Este pícnico entrenador al que un día el Icue comparó con ese querido y también enjuto Abad de Silos impresiona al poner luz en ese castellano de Román Paladino al que también enhebra y tanto gusto da escucharle en las ruedas de prensa, después de los partidos,” Yo solo pienso en ganar partido a partido”, o bien en las conferencias previas y exquisita y perfectamente, como supongo, cuando se le tiene enfrente en esa distancia corta de la conversación sin ataduras. Les prometo que, a no más tardar, lo comprobaré.
Este recio e inhiesto muchacho, criado a la sombra del ciprés silense habla como hablaba Machado cuando decía aquello de: “Bueno es recordar / las palabras viejas / que han de volver a sonar”. O, cuando el mismo poeta, nos recordaba aquello de: “Por dar al viento trabajo / cosía con hilo doble / las hojas secas del árbol”. He ahí pues de lo que Pachetín ha dotado a esta gran plantilla a partir de su llegada: Palabras viejas expresadas con nitidez, trabajo e hilando lo cotidiano con el esfuerzo y la alegría de poder decir las cosas mirándose a los ojos. Esta es la luz que el salense ha traído a un equipo donde, hasta su llegada, solamente lucían las camisas de un engreído y soberbio entrenador, de corto verbo, que anhelaba exhibir promocionalmente sus prendas en el escaparate más cercano.
 
La situación deportiva de este equipoen este enero de cierzo y rebajas ha dejado de ser  desesperada y es por ello por lo que me propongo escribir sólo de fútbol. Pero claro, al no presenciarlo, me siento como aquel poeta de “Fresa y chocolate”que, al entregarle un ladrillo, preguntaba: ¿Dónde lo pongo? Y es entonces cuando el ladrillo se convierte en balón y aparece el equipo, su  intensidad, su confianza y su solidaridad y ahí estánDiego Segura, Mariano Sánchez y Oscar Rico que deja los balones para marcar él o para  que el francés los introduzca, esta tarde por partida doble, en la portería contraria y ¡a celebrarlos, media vuelta y a seguir jugando!Los macedonios ya han encontrado a su Alejandro. Su presencia tiene un reverso balsámico, y ese efecto ya sabemos cómo se llama: Pacheta, ese entrenador que solo desea que los suyos peleen humildemente partido a partido. Pacheta nos ha permitido descubrir que todos juegan, todos pelean para que el francés marque goles, la portería se mantenga a cero, como en aquellos primeros en los que el FC Cartagena de Victor permanecía imbatido y ¡Juanma a la cuenca minera de Ponferrada!Por eso es bueno convivir con gente mejor. Este Pacheta es capaz de presentarse él solo en la balconada del hermoso ayuntamiento cartagenero con el ciprés de Silos a sus espaldas a celebrar el ascenso.
 
Esta tarde este equipo ya no es un caso único, ni irreal. Es un equipo creíble arrancando pedazos de realidad y, ¡ojo! para volver a hacer historia. Historia que esta tarde ha comenzado a ser más verosímilporque el de esta tarde está vivo, tan vivo, como bien vivo estaba Tragabuchesaquel gitano, rondeño y torero que perteneció a la partida de los Siete Niños de Écijadescerrajando tres tiros  en la portería de Ramón y acabando con la ilusión de este Écija de Miguel Rivera que venía al Cartagonova con la ilusión de que el cartagenerismo disfrutase de un buen partido. Lo ha conseguido. Ya nada puede sonar a fantasía.
 
Y hasta aquí, amigo Icue, hemos llegado. El Efesé ha vapuleado a los ecijanos, extrayendo recursos de las piedras y sin tirar los euros, de momento, en el vacío del mercado invernal y es que este Pacheta  puede hacer maravillas y hasta milagros y, además, se expresa en un buen, perfecto castellano viejo para, sin cansarse, luchar contra los molinos de viento, porque “ya estamos en Haro que se ven las luces”. ¡Ay, ay, ay!
 
Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce”. Dies 1/20: ante diem tertium decimum Kalendas Februarias. Nº 273.
 


El Icue y…”ya estamos en Haro que se ven las luces”
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