Querido Icue, y otro López al talego y van… Ya solo quedaba uno; el hijo de Paco “El Chusco”, el lugarteniente, el sobrante. No preocuparse, le llegará su san Martín, está cerca. Este López no podía quedar solo, es por ello por lo que, raudo, contrata a otro, a Javi López y ya tenemos, de nuevo, dos lopecés. En este y esta Cartagena vamos a terminar de los López hasta la mismísima Torre Ciega.
Se nos ha ido uno, lo han echado, y nos viene otro. Esto es como cuando el Gobierno de España estaba gobernado por “Lopecés”; López Rodo, López Bravo, López de Letona: tres lopecés como tres soles. Tres eran tres los hijos de Paco: los dos Pacos, los dos lopecés y ahora, después de ser corneado uno, el que faltaba, el sobrero, el tercer López. Javi López al que ya comienzan a llamarlo Javilo.
Lo despidieron el día de su cumpleaños, un lunes que es cuando empieza la semana. Lo dejaron descansar después de ese 0 - 2 que le amargó el Alcorcón y ¡zás! le dan la noticia a través del teléfono, maldito móvil, en su pueblo, en Silla ese pueblo por el que pasa el tren, tiene estación y está situado entre Valencia y Manises.
D. Francisco López Fernández, allá en el mes de junio, tomó un tren cargado de ilusiones y con las maletas llenas de esperanza y todavía sin deshacer no le han dado ni esos cien días de cortesía para demostrar, él y los suyos, todo su conocimiento, sus estrategias, sus tácticas y su potencialidad en esto del fútbol.
El fútbol, amigo López, es un deporte maldito fundamentalmente cuando lo dirigen personas con muy pocos escrúpulos y de estos y en estas circunstancias está el mundo lleno y el Cartagena más. Es así, o sea, el copón.
Te han puesto de patitas en la calle con tu record batido: al ser el primer entrenador destituido en todo el fútbol español en esta temporada por la que andamos. Ya estás en boca de todos, entre los abonados, en los periódicos, entrando en la relación amor odio, en el infierno, cuando te indujeron llegar a la gloria sin pasar por el purgatorio.
Te construyeron un equipo, al que no quisiste, no era tu equipo y te callaste, ¿por qué? Tuviste sueños y se convirtieron en pesadillas, pesadillas de Quirantes y de aquel defensa grandullón y destartalado llamado López. Quisieron llegar a primera y han acabado con la fiesta del futbol cartagenero llamándote, como si fueses un payaso, Pacolo.
Los maravillosos zapateros, maniobrando siempre con el viento a su favor y entendiendo muy conscientemente la maniobra, acaban de darte un zapatazo como una sacudida y golpe fuerte, aunque para el Icue ha sido un latigazo mortal del que tardarás en recuperarte.
Le cuentan al Icue que, aunque ahora todos dicen estaban contigo, no debes creértelo, no. El equipo dicen necesitaba un psiquiatra más que un entrenador. Por eso, porque éste no es un club normal en nada, al faltarle autoestima y sobrarle fanfarronería, no la tuya, que no la tienes, sino la de aquellos otros López y Quirantes al verte hombre sencillo, serio y poco amigo de protagonismos, lo que a ellos les sobra, pero sin clase.
Sucedió no lo imprevisto y sí lo previsto, lo fácil, lo esperado; contratar a una incógnita. Javi López es una incógnita para dirigir a una plantilla que no es la de un aspirante a ganar algo, sino tratar de hacer unos deberes que le durarán durante todo el curso; los deberes de la permanencia, ¡Ay, Ay, Ay!
Así que dimitido el dimitido y echado el despedido, alguno más debe irse hacia la calle mayor y de esta forma D. Francisco Gómez Hernández no caerá en el penúltimo y lamentable error que cometió un lunes cuando comienza la semana. No sé si el club de fútbol Cartagena ha comenzado con esta decisión a hacerse el harakiri, lo que sí sé es que nos queda un trimestre, semestre o curso de pánico.
Pedro-Roberto J.P.En un “Rincón para Doce”.Dies 9/21: Ante diemundecimum Kalendas Octobres.
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