martes. 23.04.2024

El Icue...y los oportunistas abrazadores

Querido Icue, ahora que nuestro, vuestro, suyo FC Cartagena vuelve a estar de moda y en boca de todospor obra y gracia de D. Carlos Ríos Vidal, D. Nicolás Raimondi Schiaffarino, D. Héctor Font  Romero y D. Braulio Nóbrega Rodríguez, para bien o para mal porque esto es como La...

Querido Icue, ahora que nuestro, vuestro, suyo FC Cartagena vuelve a estar de moda y en boca de todospor obra y gracia de D. Carlos Ríos Vidal, D. Nicolás Raimondi Schiaffarino, D. Héctor Font  Romero y D. Braulio Nóbrega Rodríguez, para bien o para mal porque esto es como La Parrala o como nos vaya yendo en la feria, han aparecido los abrazadores, aquellos que no son de ahora, sino de siempre pues aparecen en las circunstancias propicias, momentos oportunos o cuando el sol más calienta.

Esto, Icue de mi alma, no es de ahora, ocurre desde los siglos de los siglos. Ya en aquel tiempo hubo un famoso periodista de gran audiencia que los bautizó como “los abraza farolas”, “tiralevitas” y “lameculos” “tribuletes de pesebre” y “estómagos agradecidos”. El articulista, ahora que los caracoles comienzan a lucir los cuernos, luce el sol y hay humedad, conoce a unos cuantos que, como buenos apunta carros, dan primicias, exaltan hasta a la propia exaltación, proclaman que lo que dicen comentan o anuncian los demás, fueron ellos los que primero lo anunciaron. No tienen remedio. Dicen ser lo que no sony suelen ser no ya mentirosillos, sino embusterillos, que es bastante peor.

No hace mucho, fue en la calle Mayor, entraba a la Librería Escarabajal a comprar el libro de mi amigo Antonio Botías titulado “Murcia. Secretos y Leyendas” y me topé con dos de estos abrazadores, recuerdo haberlos visto en dos ocasiones anteriores, se acercaron a saludarme y me abrazaron efusivamente. “Malo”, le comenté a la persona que me acompañaba, sabes que los abrazadores profesionales viven de eso, de abrazar a costa de los que se derriten por ser abrazados. El articulista abraza a los amigos de verdad y, si la ocasión es oportuna, suele abrazar a mujeres atractivas, por impulsos en nada parecidos al abrazo de la auténtica amistad.

A lo largo de mi dilatada vida profesional,y mientras ocupaba un cargo de peldaño alto, he conocido a grandes abrazadores, y ninguno ha llegado a destacar en nada, excepto en la cordialidad fingida y el cariño interpretado. Son profesionales de la escena, del simulacro artístico, son maestros en el abrazo inesperado. Y es comprensible. Los actores fingen mejor que nadie, porque viven de eso. ¿Qué importan un abrazo más o menos y un “cómo te admiro y qué estupendo estás”, cuando ni se quiere ni se admira? Y si te he visto no me acuerdo. Como los vemos venir,son abrazos dañinos e interesados y, además, maliciosos alformar parte de sus hábitos y costumbres. Son abrazos de personajes pelota y taimados y suelen pasarse en todo por recibir la migaja estrechada del rico Epulón.

Primero te dan la mano, después  una reverencia ridícula y humillada, y finalmente, un abrazo a quien no desea ser abrazado y para finalizar el ceñido, el ¿Cómo está, amigo? pues sinceramente, muy mal abrazado.

Ahora que los vientos que acarician con ternura el Cartagonova conozco a varios plumillas y comunicadores deseosos de abrazos anhelados, soñados y deseados. No hace falta que se los presente, los conocen, y si falta hiciera, no les haría semejante faena. Además de abrazadores, plumillas y comunicadores suelen ser grandes conversadores, negociadores y hasta políticamente correctos en las redes sociales y siempre dispuestos a chicolear en ellas. Suelen ser mascaronesde proa de alguna redacción de periódico y poseen tal cándida ignorancia que no saben distinguir entre la dignidad y las cuclillas. Y suelen tener deseos que no ocultan. En una entrevista radiofónica oí decir a uno de ellos  que: “le gustaría visitar a D. Francisco Gómez Hernández en la finca de La Serrata  para darle un abrazo y que piensa hacerlo”. No tengo noticias de que tal abrazador haya culminado su deseo, de haberlo hecho todos estaríamos enterados pues lo hubiera propagado en su medio. No obstante, y a pesar de ello, sé que el abrazador todavía sueña con abrazarlo. Icue, no te empeñes, éste no logrará satisfacer esa su manifestación deseosa, no por él, sino porque el Paloma no está por la labor.

En el caso que nos ocupa, los abrazos de los abrazadores no son sinceros. Están inmersos sin saberlo o a sabiendas, más bien lo segundo, en una infección moral y ética que padecen. ¡Por favor! aunque el FC Cartagena comience a estar de moda, un poco de sosiego y coherencia y, a los posibles abrazados, no se fíen de los abrazadores, son oportunistas del abrazo y esto, Icue, tú bien lo sabes, lo dice quien jamás abrazó ni deseó lo abrazasen. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P.En un “Rincón para Doce”.Dies 2/1: KalendaeFebruariae.
http://lamedusapaca.blogspot.com En Twitter: @Logrocartg.

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