El Icue y…un querer y no poder

Hoy querido Icue estoy altamente satisfecho de haber citado en mi columna del pasado domingo a Tragabuches, ese gitano, rondeño y torero. Digo que me alegra porque eso me da pie para hoy, al estar nuestro equipo cerca de Jauja, hablarles de José Mª Hinojosa “El Tempranillo”, bandolero nacido en la ciudad en la que lloró Boabdil al salir de Granada camino de su exilio en las Alpujarras. Cuentan, según una extendida leyenda española cuya veracidad no está atestiguada por ninguna documentación, que los lloros surgieron al coronar un collado y al volver la cabeza para ver su ciudad por última vez. Lloró y escuchó de su madre, la sultana Aixa, aquello de “llora como mujer lo que no supiste defender como hombre”. Después, ya saben lo encerraron en las mazmorras de lCastillo del Moral, allí en Lucena.

 

No me gustaron las palabras de Pacheta en la previa del partido de Lucena al manifestar que: “No me gusta cómo viene el partido del domingo” y tampoco al Icuedespués de escuchar lo que ha oído y leer lo que ha leído. No quiero decir, Dios me libre, que Pacheta sacase el pañuelo para limpiarse las lágrimas que, cómo Boabdil, iba a derramar antes de consumarse la derrota. No. Pacheta es un recio hombre castellano al que jamás se le podrá aplicar aquella frase que la sultana Aixa aplicó a su hijo y más conociendo que este equipo de Lucena no se iba a presentar como de Jauja aun estando en sus confines.

 

Pacheta, a las pruebas me remito, no tiene ninguna necesidad de taparse, justificarse y, menos, llorar con anterioridad al partido. Lo hizo el viernes pasado, no veo las razones, y a la vista está que no se equivocó y bien que lo siento.

 

Después del partido de esta tarde en el que nuestro Cartagena se ha enfrentado al Lucena CF en el estadio de su ciudad y ha consumado la primera derrota de este 2013 y la primera en la Liga de la era Pacheta, me ha cogido el Icue, echándome el brazo por los hombros, y me ha dicho: hasta hoy, querido articulista, todo iba bien, muy bien, pero debes tener presente que en el fútbol todo es aleatorio y efímero: el éxito, el fracaso y hasta las emociones. El 2-1 de Lucena, en plan prima con riesgo, no desciende a este equipo de esas cotas de excelencia, valor y valentía que Pacheta le había impreso. ¡Ay Pacheta!, el fútbol es así: ayer casi cordón bleu y al día siguiente, es decir hoy, carnaza de horca. Y cuando el fútbol deje de ser así, decaerá el interés por él.

 

Hoy el FC Cartagena no ha podido cantar de júbilo su victoria y ha lloradoentre lamentaciones de derrota. Hoy, lo sé, el FC Cartagena hubiera deseado hundir en terrible ruina deportiva alLucena y convertirlo en aljama judía andalusí para que los cartagineses la destruyeran y convertir a la efesemanía en la afición futbolística más feliz del mundo, fundamentalmente después de que el Real Jaén CF solo haya podido empatar a cero con la UCAM.

 

¡Anda que como le pase a Pacheta lo mismo que a Pato su antecesor!, exclama el Icue. Tranquilo bribón, le digo: Pacheta tiene a todo su equipo perfectamente agavillado no dando pábulo a esos agoreros que ya han sacado sus patitas a pasear. ¡Hay tantos! ¿Qué decirles? Sólo una cosa: ¡Hay Liga!, y la euforia está por correr en Cartagena y en el planeta de los simios. Normalmente, amigo lector, la Liga se gana cuando hay golondrinas en el cielo, y no adornos navideños en las ventanas, y el tránsito hacia el veraneo no es por tanto tan largo.

 

Te diré Icue que, después de terminar el encuentro, estuve un rato en el salón, solo, fantaseando con el partido, con el acierto de la contratación de Pacheta, con el entusiasmo de los jugadores, aunque hoy hayan querido y no podido y les haya salido un partido pelmazo y preguntándome de nuevo si a HoldenCaulfield le sigue preocupando saber adónde van en invierno los patos de Central Park. Hoy se ha cumplido la primera derrota de la era Pacheta y ésta no nos va a descender a los infiernos de la desesperanza porque, seguro, que al final ascenderán a los cielos de la Liga. La vida en el fútbol y en la realidad es eso bajar, subir, subir, bajar. Nada distinto, nada nuevo. ¡Ay, ay, ay!

 

Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce”. Dies 1/27: ante diem sextum Kalendas Februarias. Nº 274.
http://lamedusapaca.blogspot.com.