Hoy el Icue no puede estar contento como para bailar ese melenchón jaenero, más bien está triste, muy triste, más que ayer y tanto o más como puede llegar a estar mañana. Me explico: El FC Cartagena, a estas alturas de trece partidos jugados, de haberse enfrentado de cara con todos aquellos equipos que le podían ningunear el primer puesto de la clasificación ha dado pie para que los de siempre vociferen, pataleen, e incite a los aficionados a ser hostiles a la institución y estamentos del FC Cartagena que aún sigue el primero, pero, mirando desde la cima del altozano, observa a sus espaldas, sombras, muchas sombras y esto se acorta.
El Icue hoy, después de este grandioso fracaso y monumental decepción en el estadio de La Victoria jaenera, quiere dejar claro y pregonarlo por todos los cantones que la efesemanía, no es analfabeta, tampoco ignara, ni desnutrida de excelentes lecturas, ni ágrafa y con frecuencia es culta y muy sabia. Así que te vayan dando ¡forastero!
Decía Pato en la previa que: “lo nuestro es buscar la victoria; aunque empatar en casa del segundo clasificado no será un mal resultado”. Es lo que creo ha hecho: no ha buscado la victoria, ha salido a empatar y ya saben; el que sale a empatar pierde como hoy ha sucedido. Y es que se creyó hasta los halagos de Manolo Herrero cuando manifestó que: “el Cartagena es el mejor pero también es vencible”. El técnico jienense ha acertado en parte de su premisa porque el Cartagena no ha sido el mejor y sí ha sido vencido.
El de hoy, estimados Icues, ha sido un partido de tristezas, de humillación y, ¡cuidado!, de conducir a este equipo a perder los estribos. No, no deben de perderse, aun son primeros a pesar de sacar una pacata ventaja al segundo y siguientes. Este equipo tiene, ahora más que nunca, la necesidad de ser abnegado en el campo y humilde y sencillo, como sin esa chulería que otros tienen y pone de los nervios a la “canallesca”.
Uno, que es modesto y fiel a sus raíces, escribe estas líneas helado por esa fría niebla que ahora se está posando sobre esa imaginada plaza porticada sin adoquines, ni mar, ni yates, ni nada que hoy ha sido nuestro FC Cartagena.
Adiós, les manifiesto que hoy no estoy loco por el fútbol. No, estoy idiotizado por el fútbol ramplón y soso de mi, nuestro, suyo FC Cartagena. ¡Puffff!
Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce”. Dies 11/18: ante diem quartum decimum Kalendas Decembres. Nº 265.
http://lamedusapaca.blogspot.com.