sábado. 20.04.2024

El Icue…y el telón cae lentamente

“Sólo en castellano se puede meditar a gritos”, dijo una vez Valle-Inclán, lo dijo y lo cumplió. Así habría que comentar ahora, vociferando y gritando la situación,finalmente subida al escenario deportivo-futbolero cartagenerista. El Icue , que esta temporada ha asistido en vivo y en directo a más partidos del FC Cartagena...

“Sólo en castellano se puede meditar a gritos”, dijo una vez Valle-Inclán, lo dijo y lo cumplió. Así habría que comentar ahora, vociferando y gritando la situación,finalmente subida al escenario deportivo-futbolero cartagenerista.

El Icue , que esta temporada ha asistido en vivo y en directo a más partidos del FC Cartagena en el Cartagonova con respecto a las dos anteriores en 2ª División gracias al jubileo que disfruta habitando por estas queridas tierras junto a su señora,  no ha visto, que el Cartagonova, se haya puesto en pie, ni fuera de sí y sí fuera de todo. Es cierto que pudo ponerse en pie y levantarse en gritos para bramar el día de Pino Zamorano. No fue así porque el justiciero no dio tiempo.

Suspendió el parrtido por ese objeto volador no identificado caido o arrojado, papiroflexeado en papel de  estraza, que es papel basto y grueso, propio para llevar a cabo el objetivo propuesto y si es en un campo de fútbol, mejor.

Sí recuerdo al Cartagonova, querido Icue, haberse puesto en pie para contemplar las lágrimas de su Efesé, destrozarse la garganta, rompiéndola, gritando para, en lo posible, empujar dejándose la voz sin piedad alguna.

El Icue, sí recuerdo, tuvo que ponerse en pie para lamentarse de Reina y Juanma, desgarrarse de dolor por la precaria condición física de Txiqui, Gaspar, Josemi y Manu Torresy la exuberante falta de calidad futbolística de los Cleber y Julien. Tuvo que ponerse en pie para caer y levantarse, para seguir y seguir y seguir sufriendo hasta el final. Para llorar por lo que dejaron de marcar, luchar y comprometerse Salva Chamorro, Collantes y ese otro ya olvidado turista, llamado Ivan Bolado y que han ido hundiendo a este equipo segundo a segundo, minuto a minuto que han sidouna eternidad y el punto y final de una Liga desgraciada como nunca, deseada como nunca y despreciada como pocas. Sí es cierto que el Cartagonova se levantó para aplaudir a los timidamente comprometidos Abraam Paz, Dimas Delgado, Toni Moral y Alvaro Antón y a esos adalides del compromiso como han sido Mariano, Raimondi y Braulio. Del resto ni acordarse, para ellos mi profundo y olvidadizo  silencio.

¿ Y qué decir de D. Carlos Ríos Vidal? de inicio, en un claro guiño de que todo empezaba a cambiar, sorprendió a propios y extraños, poniendo en demasía la esperanza en el luminoso, intentando agitar a una desmotivada plantilla. Demasiadas florituras, demasiados faralaes y escasez  de practicidad y efectividad. Silencio de decepción, el Icue se equivocó, la no saber si tiene ideas de fútbol. Más bien parece estar azogado lanzando al aire sinfonías en gris menor en contraste a las “Sinfonías de gris mayor” de Rubén Darío. Demasiadas florituras, demasiados excesos de verborréica palabra

Esta temporada el Icue no ha visto ponerse en pie al cartagenerismo. Sí, escasamente alzó la cabeza, la mirada y no agachó el rostro, ni le perdió la cara al equipo, ni a la competición. Mientras hay vida hay esperanza. Mientras hay vida hay esperanza, repetían, siguen repitiendo, repetirán los utópicos, los que han estado escondiendo la verdad desde el inicio de esta temporada mientras no se movía ficha.

El estadio jamás explotó, ni una, ni mil noches o tardes. Ninguna explosión de ilusión, sí de rabia, no de esperanza, sí de pánico, también de orgullo, y de desesperación intensa en demasiados últimos segundos, de una profunda decepción final que cerrarán  una liga, esta Liga.
Tampoco el estadio ha tenido, querido Icue, aun teniendo ganas, la posiblidad de poder formar un exquisito y excelente mosaico blanquinegro para celebrar algo. Nada hubo que celebrar y además no ha acudido el aficionado suficiente para poder formarlo, de haberlo formado a medias hubiera sido ridículo y con gotas de cursilería.

Ha pasado el sudor frío junto a la Rambla y brilla al sol, como una joya, la “luna venidera” de Miguel Hernández. No ha habido ni una luminaria de noche de “mayos”. Ya saben, ya conocen, ya recuerdan: el cielo deportivo de Cartagena, que otras veces, se encendió de fiesta, hoy crepita de luto. Lo que ayer fue orgullo, hoy es pena y, si hubo alegría, hoy hay  dolor. Este es el regusto que le queda al coliseo blanquinegro con la penumbra del descenso en la cercanía y el fin de las galas del difunto. Cae el telón lentamente.¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce”.Dies 4/25: ante diem septimum Kalendas Maias. Nº 226
http://lamedusapaca.blogspot.com. En Twitter: @Logrocartg.

El Icue…y el telón cae lentamente
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