21 de diciembre de 2015, 15:18
GUILLERMO MONTOYA @Guille_Mon
Un domingo electoral no es un domingo cualquiera. Y un domingo, con partido por la mañana, tampoco. Y un domingo con la final del Mundial de Clubes, menos aún. Se nos juntó todo para hacernos reflexionar.
La jornada de reflexión, propiamente dicha, terminaba el sábado a las 00:00, pero continuó el domingo con un sol de justicia sobre las cabezas de la mayoría de los aficionados. Con la mente de muchos de ellos puesta en las urnas, el Melilla aprovechó el momento para salir a por el partido. Atacó muy bien y tuvo su premio a los 20 minutos de partido. Empezaron los rumores en la grada: reflexión. El Melilla hizo lo que ha hecho muchas veces el Cartagena, aunque nosotros no solemos acertar y nos cuesta arrancar los partidos con el resultado favorable. La abstención, sobre las posibilidades de remontada del equipo, era mayoría absoluta en la grada. Quedaba mucho partido por delante.
La jornada de reflexión cambió totalmente. El balón pasó a pertenecer al conjunto local y empezó a carburar el equipo. El gol pudo llegar antes, pero la definición sigue siendo la carencia más importante que tenemos. Reflexión. Los votantes volvían a opinar sobre la validez de los candidatos sobre el campo. Todo cambió con el gol que igualaba la contienda y dejaba la sensación de un gran avance para comenzar la segunda parte. 15 minutos de descaso para reflexionar y buscar la victoria. Se buscó y no se encontró. La maldita definición.
La jornada de reflexión nos deja con un empate que es un paso atrás en la escalada de puntos conseguida anteriormente. Después de la derrota en Murcia, era fundamental dar una alegría a los sufridos votantes. La sensación fue de derrota, aunque el equipo mereciera mucho más. No sería conveniente que, con la tranquilidad de la posición en la tabla, llegase la relajación. El objetivo real estaba más cerca y hay que pelearlo. Demostramos en Murcia que la diferencia de 11 puntos entre ambos equipos no es tal en el terreno de juego. La reflexión que tenemos que hacer está en nuestras posibilidades reales, en superar los problemas de gol y en decidir los partidos.
La jornada de reflexión nos deja la posibilidad de volver a reflexionar. El voto debería de ser secreto, pero está bastante claro. Ya lo entregamos en años pasados, como canta Franco Battiato en "Pobre patria”:
Mi pobre patria, aplastada por abusos del poder
de gente infame que no conoce el pudor,
se creen los dueños todopoderosos
y piensan que les pertenece todo...
Disfruten de los placeres del fútbol y reflexionen...
